OPINIÓN

Manuel del Rosal: «La noche de los cristales rotos»

Manuel del Rosal: "La noche de los cristales rotos"

“Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Así, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré por Mi boca” Apocalipsis 3:15-16

Ahora se cumplen 85 años de la llamada Noche de los cristales rotos, en alemán “Kristalinacht”, La noche del 9 al 10 d noviembre de 1938, el régimen nazi ordenó, organizó y coordinó “la caza del judío”; una ola de violencia antisemita. El ataque recibió este nombre por los cristales rotos de los escaparates, ventanas, aparadores que cubrían las calles de aquella Alemania nazi.

El régimen nazi ordenó a los miembros de los grupos paramilitares que atacaran con violencia a todas las comunidades judías. Ordenó que la policía se tomara un día de descanso y que los bomberos no acudieran a los fuegos provocados en todas las sinagogas. Hitler y los suyos sabían que Europa nada diría ni nada haría, pues conocían muy bien a Europa, esa parte del mundo enfangada en la tibieza, la cobardía y la desidia. Europa, envuelta en los pestíferos efluvios del progresismo social, nada decía nada hacía. Sin embargo, una semana después, el 15 de noviembre toda la prensa estadounidense condena la violencia de la “Kristallnacht” y el presidente Roosevelt, en una declaración oficial dice: “En lo personal, apenas puedo creer que tales cosas puedan ocurrir en una civilización del siglo XX”

La Europa de aquel siglo XX todavía tenía peso en la geopolítica, la Europa de este siglo XXI ha perdido tanto peso geopolítico en nombre del buenismo, la tolerancia mal entendida, las concesiones a grupos minoritarios, la fallida multiculturalidad… que, aun queriendo (que no quiere) no representa nada en el tablero de ajedrez del mundo actual. Europa ha sido vomitada por su tibieza y ese vómito no ha hecho más que empezar.

Lo que pareció ser a los ojos de Europa una expresión momentánea de ira contra los judíos, se convirtió en el principio del exterminio. Durante días fueron asesinados en un linchamiento de odio más de cien judíos y 30.000 fueron enviados a los campos de concentración de Dachau y Buchendwald. Todo esto sucedía mientras el pueblo alemán aplaudía al tiempo que bebía cerveza y comía salchichas, y la Europa de las libertades y el buenismo se amodorraba y se contorneaba al ritmo del Swing, el Foxtrot y el Charlestón. Diez meses después Alemania, con la complacencia de su pueblo y la de una Europa tibia y cobarde, el 1 de septiembre de 1939 invadió Polonia inaugurando la catástrofe de la Segunda Guerra Mundial. Y hoy, 85 años después, Europa se mantiene en su tibieza, en su cobardía y en su desidia ante las barbaridades que han cometido quienes quieren exterminar a los judíos por el solo hecho de serlo, quienes quieren acabar con la civilización occidental.Y, en una demostración de estupidez monumental, hay manifestaciones de mujeres a favor de quienes las cubren de negro de arriba abajo, las lapidan, les impiden acceder a la universidad, les rapan el pelo y las tienen marginadas, entre otras lindezas. Y hay manifestaciones de los de la liga LGTB a favor de quienes los asesinan y los empalan por el solo hecho de ser diferentes. ¿Se puede ser más estúpido?

Hoy en este año de 2023, en este siglo XXI y ante la escalada de violencia de quienes quieren destruir la civilización occidental, Europa permanece envuelta en los vapores de un progresismo social degradante, de una postura tibia y sin pronunciamientos claros, de una entrega al hedonismo y al “dolce far niente” que causan en las mentes más estragos que el Fentanilo. Israel no, Israel ya tiene un país soberano y los israelitas no están diseminados. Ese país soberano es ahora uno de los más poderosos del mundo desde el punto de vista militar y los judíos, como es natural en quien se ve atacado, se defienden y se defienden bien. “Nunca más Massada”

MAROGA

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