OPINIÓN

Pedro Manuel Hernández López: «Una visión personal del «acrónimo» PSOE»

Pedro Manuel Hernández López: "Una visión personal del "acrónimo" PSOE"

La historia del Partido Socialista Obrero Español comienza con la fundación clandestina del partido — con el acrónimo «PSOE»– en el bar-restaurante «Casa Labra» de la madrileña calle Tetuán, el 2 de mayo de 1879, por un grupo de trabajadores e intelectuales, encabezados por el tipógrafo ferrolano Pablo Iglesias Posse. A su fundación acudieron veinticinco compañeros: dieciséis tipógrafos, cuatro médicos, un doctor, dos joyeros, un zapatero y un marmolista.

El 12 de mayo de 1886 — ocho años después de su fundación– sale a la luz el primer número de «El Socialista», revista de corte obrero-sindicalista fundada por él mismo y que aún hoy se continúa editando y en 1888 funda la Unión General de Trabajadores, conocida internacionalmente por otro acrónimo –mitad político y mitad sindicalista– el de «UGT».

El PSOE, durante sus cerca de ciento cincuenta años de existencia, ha sido — y sigue siendo– el partido político más antiguo de España y uno de los principales protagonistas de la historia y de la vida política española.

Desde la Constitución de 1978 –aprobada en plebiscito popular por miembros de los distintos y hasta entonces enfrentados partidos políticos de las dos Españas– en la actualidad, Pedro Sanchez, el vigésimo secretario general del PSOE, es el séptimo presidente del Gobierno de España. En esto y en muy poco más, coincide con –su compañero, que no amigo– Felipe González, el tercer presidente de España y el décimo sexto secretario general de un PSOE constitucionalista y defensor de los derechos fundamentales del estado de derecho y democrático. Ambos , aunque pertenecen al mismo y teórico partido político, sin embargo, entre ellos se interponen unas líneas a modo de barreras infranqueables jurídica y legalmente: la Carta Magna , la Monarquía Parlamentaria, la Unidad e Indivisibiidad de España y la separación de Poderes.

Lo que para uno –Felipe González– son los únicos y basicos pilares de un auténtico Estado de derecho y democrático. Para el otro –Pedro Sánchez– esas líneas carecen de todo valor. No cree en ellas, salvo que puedan serle útiles para sus cicateros y espurios intereses personales de ostentar «el poder por el poder» y, así, satisfacer plenamente su megalómana y ambiciosa personalidad sociopática.

Desde su fundación y pese a la degradación de sus siglas– ya iniciada en tiempos del nefasto gobierno de Rodríguez Zapatero–siempre habíamos tenido claro el significado de su histórico «acrónimo». Fue durante su legislatura (2004-11) cuando este ya sufrió las primeras mutilaciones de sus clásicas siglas: primero, desapareció la «E» de «Español», para también hacerlo después la «O» de «Obrero», quedándose solamente en un «micro-acrónimo» y raquítico «PS» (Partido Socialista) a secas, para disgusto y desgracia tanto de su fundador como para Felipe González, Alfonso Guerra y otros muchos socialistas de «pro» que creyeron y siguen creyendo en una España que (…) «Se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político; que su soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado y que la forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria».

La decadencia política de España ha seguido los pasos de la paulatina desaparición de ese «bipartidismo político» que, pese a sus «debilidades» –que haberlas, las había, como solían decir las gallegas más ancianas del lugar, refiríéndose a las «meigas»– mantuvieron a España en un alto nivel político, social y económico en el ámbito europeo e internacional.

El Partido Socialista de ZP, al que el pueblo llano, dadas sus cicateras características políticas copiadas directamente de las repúblicas bananeras y bolivarianas del militar y ex presidente Hugo Chávez y de su sucesor Nicolás Maduro –su intimo amigo, el «irresponsable » y «vago» exconductor de autobúses en la compañía estatal del Metro de Caracas en la década de los 90 y antes de ocupar la presidencia de Venezuela, según lo define su propio jefe en aquella época– ha sido quien le ha ido «robando» sus siglas al trazar e imponerle a España un «camino» político y sin retorno, a la «perdición».

Con la llegada al poder del histriónico y trilero Pedro Sánchez –a lomos de una vengativa moción de censura y de una miserable traición «peneuvista»– este camino se ha ampliado y facilitado merced a esa política socialcomunista y su pacto con bilduetarras y golpistas catalanes a la que él autoproclama –a bombo y platillo– y la califica de política «democratica», «progresista y feminista», aunque ni él mísmo se lo crea. Quienes pensabamos –que el ya vituperado acrónimo había llegado a su fin– nos hemos vuelto a equivocar de todas todas. Aunque de momento, siguió manteniendo sus dos primeras letras –la «P» y la «S»– estas han cambiado radicalmente su significado: ya no aluden solo al Partido Socialista, sino que, otra vez el pueblo llano –que de esto sabe mucho– le ha dotado de una nueva y frustante acepción por lo que encierra en si. Este nuevo significado –por el que se conoce al menguado acrónimo del histórico PSOE desde que Sánchez preside el Gobierno de España– es el de «Partido Sanchista». Con su intensa y progresista política de mentiras, traiciones, recortes de derechos educativos, de prestaciones sanitarias, subida de la luz, de carburantes, del aceite y de los alimentos de primera necesidad, de alta tasa de paro juvenil y de escasez de vivienda, de la grave destrucción de Pymes y de empresas del sector primario, etc, etc…ha conseguido que a su «autárquica» forma de gobernar se la llame y se la conozca despectiva, popular y políticamente como el «gobierno Sanchista» , en sustitución de «Socialista».

Estos últimos días –a través de los diversos medios televisívos– hemos tenido ocasión de ver, una imagen del novísimo acrónimo del PSOE junto a una representación «guiñolesca» de un Pedro Sánchez a bordo de un supuesto Falcon, con motivo de las diversas y diarias concentraciones ante la sede del PSOE en Ferraz, para manifestar el unánime rechazo popular al chantaje — voluntariamente aceptado del prófugo y golpista Puigdemont a Sánchez– para apoyar su candidatura a la presidencia del Gobierno de España, con sus ocho votos a cambio de una amplia y generosa amnistia política y económica y de un referéndum unilateral de autodeterminación que, sin duda, les llevará a la independencia de Catalunya del resto de España.

La imagen del nuevo significado de las siglas PSOE a nadie le pasó desapercibido. Ni más ni menos, el significado de «Partido Socialista Obrero Español» fue popularmente sustituido por el de «P»-edro «S»ánchez «O»-día a «E»-spaña. Una vez más, el pueblo llano español –que casi siempre suele suele tener razón– no se ha equivocado. Pedro Sánchez odia visceralmente a España. No acepta ni su forma de Gobierno ni su unidad nacional y, para poder actuar impunemente, intenta matar de nuevo — y día a día a Charles Louis de Secondat, señor de la Brède y barón de «Montesquieu»– quien en su «Espíritu de las Leyes» defiende, a capa y espada, que uno de los pilares esenciales y fundamentales de cualquier país democrático es la «separación de poderes», afirmando y sosteniendo que :

(…) «La distribución jurídica de las funciones ejecutiva, judicial y legislativa sólo podrá limitar el uso arbitrario del poder y salvaguardar la libertad y los derechos de los ciudadanos, si se combina con otro principio basado en su distribución social».

Así ha sido esta «particular» visión de la evolución de las ya clásicas e históricas siglas del no menos famoso y también histórico «acrónimo» Partido Socialista Obrero Español o PSOE, como se le conoce en todos los ambientes políticos desde hace ya más de siglo y medio. Con este artículo deseo y espero que como suelen decir los modernos politicos –más pronto que tarde– el PSOE no solo abandone el » camino de España a la perdición» sino que además sus siglas refrenden de nuevo su autentico significado político de «Partido Socialista Obrero Español».

 

Pedro Manuel Hernández López, médico jubilado, periodista y ex senador por Murcia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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