OPINION

Manuel del Rosal: «No son los lobos, son los borregos»

Manuel del Rosal: "No son los lobos, son los borregos"

“La vida es peligrosa, no por la gente que hace el mal, sino por aquellos que se quedan a ver qué pasa” Albert Einstein

“El lobo se vestía con piel de cordero y el rebaño consentía los engaños” Mary Shelley, autora de la novela Frankenstein

“Los pastores serán brutales mientras las ovejas sean estúpidas” Fray Luis de León

Las ovejas saben que serán las siguientes en ser comidas por los lobos, pero no se rebelan. Ni siquiera tratan de salir del redil a pesar de ver y oler la sangre.

¿Se imaginan que las ovejas se enfrentaran a los lobos, se sublevaran contra los lobos, se quitaran el ancestral miedo a los lobos? Los lobos no podrían hacer nada salvo eliminarlas a todas, pero con su eliminación los lobos carecerían de la sustancia que les permite vivir y poseer el poder.

Davos es la ciudad a más altura de Europa (1.500 m. sobre el nivel del mar) Es el lugar idóneo para que desde 1971 se reúnan en el mes de enero de todos los años la manada de lobos más letales para el hombre desde que se supo que el hombre es un lobo para el hombre. En Davos se reúnen los poseedores del dinero y del poder, pero al mismo tiempo los poseedores de la codicia, la corrupción y la venalidad. Estos son los lobos que una vez al año envían un mensaje a los corderos para que estos crean que no son lobos, sino buenos pastores de ovejas. Mientras, el oro combate contra el trabajo, el capital contra los pueblos, el poder contra la justicia y la codicia contra el bienestar general

Un año más los lobos con disfraces de corderos se reúnen en Davos. Davos es un lugar situado en el cantón de los Grisones en Suiza. Su temperatura media en enero es de 9 grados bajo cero y la nieve blanquea su geografía. Es la ciudad situada a más altura en Europas, es el lugar idóneo para que los lobos se reúnan, pues la nieve es el hábitat natural de estos depredadores sin escrúpulos. La manada está compuesta este año por 100 gobiernos y 1000 empresas y el lema escogido – todos los años se inventan uno – es “Reconstruir la confianza” ¿Han perdido la confianza en sí mismos estos lobos o lo que quieren una vez más es mantener confiados a los corderos para, un año más, mantener y aumentar su poder y sus riquezas?

La reunión anual de Davos está pensada para que los poderosos reflexionen sobre los problemas que aquejan al mundo y a sus ciudadanos. Davos 2024 es una oportunidad más para que estos lobos reflexionen sobre los desafíos claves que acechan al mundo no sobre los desafíos que acechan a su codicia, a su poder y a sus inmensas riquezas. Pero si alguien tiene la más mínima esperanza de que los lobos de Davos reflexionen con una reflexión orientada a al bien común, es que es uno más de los corderos que viven en el estrecho margen del redil del que tan solo pueden salir cuando los lobos se lo permiten y que reciben constantemente mensajes en los que se les dice que su vida es una idílica vida de la que tienen que estar satisfechos. Estos corderos, borregos, ovejas ni siquiera se plantean que unidas podrían hacer frente a los lobos; ni siquiera se ponen a pensar que, simplemente por una cuestión de número, podrían escapar del redil a que los someten los lobos. Saben que cuando los lobos necesiten carnaza, se los comerán, saben que todos y cada uno de ellos tiene su fecha de caducidad estampada a fuego en sus lanas; huelen la sangre, la perciben, oyen la catástrofe, pero cada día y puntualmente vuelven al redil para permanecer en él el tiempo justo hasta que un nuevo día les anuncie que tienen que volver a los pastos a producir hasta que los lobos insaciables decidan que es el momento de convertirlos en carne y lana. Como la rana que se cuece lentamente, los corderos, aún en el conocimiento de que, simplemente por matemáticas, podrían liberarse de los lobos, se dejan cocer en el redil. La rana sabe que va a morir, pero va a morir lentamente, suavemente, plácidamente, tibiamente y se deja llevar. Los corderos saben que podrían evitar su arrodillamiento ante los lobos, pero en la placidez del redil; ese lugar al que todos los días vuelven bajo la dirección a punta de tralla de los lobos, se relajan y se adormecen diciéndose a sí mismos que. al menos, han tenido un día más de vida.

No son los lobos los que hacen que los corderos vivan en una permanente vida de entrega, esclavitud y renuncia, son los corderos los que, pudiendo hacerles frente, no lo hacen … y los lobos, reunidos un año más en Davos, prometen “Reconstruir la confianza”

MAROGA

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