Una semana más las noticias que nos llegan nos dejan perplejos, y nos llevan a preguntarnos si nuestra nación es un país de Europa occidental, un teatro de guiñol, o un gallinero.
Hay una cosa que es evidente, no nos engañemos, tenemos que pagar, por todo y en todos los sentidos.
Una cosa quede clara, pagaremos tanto el pueblo, como nuestra querida nación. ¿Quiénes se aprovecharán de ello? Nuestros deleznables dirigentes y la mayoría de los políticos, mejor dicho, de los que viven de la política, que no son pocos.
En cuanto a los pagos monetarios, nadie dudará de que en este país se tiran miles de millones en auténticas chorradas, de las que lógicamente solo se benefician unos cuantos privilegiados, ejemplos sobran. Ahora bien, no nos quejemos, pues lo hacen por nuestro bien, para que el día de mañana vivamos felices y en la abundancia. El problema radica en que ese día y ese mañana nadie sabe cuándo llegará, por lo que nos agarramos al viejo dicho de “vale más pájaro en mano que ciento volando”
Como vamos a ser la cabeza del mundo, al modificar el artículo 49 de nuestra Constitución se ha añadido “se atenderán particularmente las necesidades específicas de las mujeres y niñas con discapacidad”. La pregunta es obvia ¿y las necesidades específicas de los hombres y niños?, porque también pueden tenerlas.
Somos totalmente partidarios de la igualdad entre los sexos, todos somos personas, pero el conceder privilegios a unas en el fondo es una humillación para las mismas, es como decirles, vosotras sois inferiores y por eso tenemos que daros un trato preferente. Creemos que en realidad no es más que una manera disimulada de intentar comprar votos, pagando con privilegios por ellos.
Los catalanes van aún más allá en el tema del sexo, pues en su anteproyecto de ley, rechazado por numerosas asociaciones feministas por considerar que “dinamita la seguridad jurídica”, contempla que una persona pueda decidir que en esa comunidad tenga un sexo distinto al que tiene en el resto de España. Absurdo pero cierto. Es más, parece que van a reconocer un nuevo género el “no binario”. Para todo ello bastará con la simple palabra de la persona interesada. Cuando me interesa soy hombre, si en una oposición hay plazas reservadas a las mujeres soy mujer, y si hay un cupo para trans soy no binario. Otra forma de comprar votos.
Últimamente los policías del aeropuerto madrileño están pluriempleados, pues además de comprar medicinas y artículos farmacéuticos que necesiten los inmigrantes en la T4, deberán recoger la gran cantidad de basura que ocasionan los citados. ¿Les pagarán por ello? Seguro que a estos no.
Quizás la razón de lo anterior resida en que “cum fraude” ya ha dado ejemplo al arrogarse un trabajo más, en concreto el de juez. No se cansa de asegurar que “lo del independentismo no es terrorismo”, precisando que “como todo el mundo sabe, el independentismo catalán no es terrorismo”. Suponemos que como tiene tanto que hacer, no ha visto los videos que aparecieron repetitivamente en las televisiones.
A pesar de todas las opiniones críticas, sigue manteniendo que la ley de amnistía en trámite es “valiente, reparadora y constitucional
¿Quiénes tendremos que pagar todos estos disparates? Nosotros, el pueblo. ¿Para qué? Pues es muy sencillo, para que los catalanistas no le retiren su apoyo, que actualmente lo tiene en el aire, y él poder seguir figurando, que es lo único que realmente le interesa. Lo de mandar, que dudamos mucho que pueda hacerlo, es lo que menos le importa, pero con el figurar ¡cuidadito!