OPINIÓN

Pedro Manuel Hernández López: «El blindaje de Sánchez: Dana,Presupuestos y Ayudas»

Pedro Manuel Hernández López: "El blindaje de Sánchez: Dana,Presupuestos y Ayudas"

Si llamamos «carroñeros» a los buitres porque se alimentan de la carne corrompida de animales muertos o bien de restos de ellos de su mismo habitat y que se encuentran en la tierra o a orillas del agua…¿ Y Cómo habría que llamar a un ególatra y sombrío personaje que intenta sacar la mejor tajada posible de una arrasadora catástrofe natural ocurrida con motivo de la «gota fría»–también llamada «DANA «, acrónimo de «Depresión Aislada en Niveles Altos»— en los 78 pueblos castellanomanchegos,
andaluces y en especial, en los valencianos, donde se ha cobrado el mayor número de cientos de vidas humanas,( 223 muertos, 48 sin identificar y 78 sin aparecer aún), de animales domésticos y la pérdida de miles de millones de euros en toda clase de bienes materiales: coches, viviendas, empleos, comercios, muebles, maquinaria, electrodomésticos, maquinaria, alimentos, cultivos, industrias …etc, etc ?

Si ese «personaje» es y se trata, nada más y nada menos, que del megalómano presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, alias «Fánguez», «Fangomán», «puto amo» o como diablos quieran llamarlo,si aplicamos la «silogística logica» del estagirita Aristóteles usando su razonamiento deductivo, podemos afirmar –sin error a equivocarnos– que Pedro Sánchez es un auténtico «buitre carroñero» porque alimenta su gran ego y, a la vez, se permite el lujo de condicionar políticamente su necesaria e ineludible obligación política y presidencial de ayudar –sí o sí económicamente– sin dilación y sin trabas burocráticas a todas las víctimas de la reciente «gota fria», liberando de los presupuestos generales del Estado –de esos de los que depende su continuidad como presidente– las cantidades necesarias para, al menos y de momento, salir del paso y paliar sus necesidades más perentorias y básicas, sin necesidad de esperar a que sean aprobados por los «chicos de la fachosfera».

De cumplirse su maquiavélico plan, el podrá seguir siendo el «monarca absoluto» a quien su paniaguado Ejecutivo y sus borreguiles votantes le rindan una intencionada y servil pleitesía neolátrica. Seguir siendo «el puto amo»(Puente dixit) es lo único que realmente le preocupa y le quita el sueño, por lo que le reporta –personal,familiar y socialmente– desde que tomó al asalto Moncloa, por la puerta de atrás y apoyado por una cicatera y vengativa moción de censura y una inesperada traición política del PNV.

A esto, en lenguaje llano y claro o en el mejor «román paladino»–cuyo origen se le atribuye al gran poeta medieval y máximo representante del «mester de clerecía», Gonzalo de Berceo (siglo XII), quien acuñó dicha expresión en su obra «Vida de santo Domingo de Silos»: << Quiero fer una prosa en román paladino, en qual suele el pueblo fablar a su veçino>>– se le llama, simplemente, sin ambages de ningún tipo y con todas las letras ¡C-H-A-N-T-A-J-E!

A estas alturas, a ninguno nos coge ya de sorpresa la vileza y catadura moral de Pedro Sánchez. Lo que nunca pensé es, que también, fuera capaz de traspasar las inaccesibles fronteras de la honradez, de la solidaridad, de la compasión, de la honestidad y sobre todo de la justicia social.
En esta ocasión, no ha cambiado un vulgar plato de lentejas –como hizo Esaú– por su primogenitura, sino que, ha unido y blindado su presidencial «continuidad» y la «ayuda» a todas las víctimas de la DANa, a que sean aprobados los aún «pendientes» Presupuestos Generales, pero –los de Sánchez– y no los que realmente necesita España, para el próximo año.

Esto, en el fondo, es sinónimo de apostar y reforzar su continuidad como un «inkiocupa» de la Moncloa y de seguir gozando por las noches del confort de su nuevo y querido colchón –comprado «ad hoc»– para no tener que dormir en el mismo que usó su predecesor, Rajoy.

Con esta doble estratagema — «blindaje de poltrona» y «chantaje presupuestario»– ya tiene excusas suficientes para devolverles la pelota y poder echarles en cara a sus «fachosféricos» adversarios políticos — PP y VOX– su egoísmo, su falta de generosidad y de compromiso social con España y, sobretodo, con las víctimas y afectados –por esa intensa y magna catástrofe pluvial que ha superado con creces todas las expectativas imaginables– si se les pasara por la cabeza no apoyar y votar en contra de los dichosos Presupuestos.

Su autoestima autárquica y de señor feudal no tiene límites y está al mismo nivel que su desaforada ambición de poder y su insaciable egoísmo. Así lo demuestra su vil cicatería al no haber tenido la más mínima empatía y no haberse mostrado ni cercano ni generoso ni asequible con las miles de familias damnificadas en los municipios de Valencia.

En su declaración institucional hecha desde La Moncloa, tras presidir el cuarto «Comité de Crisis» para el seguimiento de los efectos de la DANA, Sánchez ha dejado caer una lapidaria y gélida frase en la que ha enmarcado, en franca referencia a los municipios valencianos, esto : (…) «Si necesitan más recursos, que los pidan», no hace falta priorizar unos municipios sobre otros ni jerarquizar tareas; se prioriza cuando faltan medios y ese no es el caso».

A la vista de como –después de 9 largos e interminables días con sus noches– estan los escenarios en los distintos pueblos de Valencia, no queda otro remedio que gritar a pleno pulmón, aquello de que: «¡ Obras son amores y no buenas razones !».

Esta ecpática y lacónica afirmación debería ser el epitafio del final político de Pedro Sánchez , como presidente del Gobierno. Aunque han sido muy pocos los Servicios de Emergencias que se han desplazado hasta las zonas más afectadas a socorrer –a una población que no tiene comida, ni agua, ni luz, ni teléfono, ni ropa, ni comercios, ni transportes, ni cultivos y, que, además, lo han perdido todo– ¿es de recibo que se le diga con una indisimulada e institucional frialdad que «si necesitan algo que lo pidan»…?

Decir en plena catástrofe nacional y en estado de máxima emergencia, que «si la Generalitat valenciana (ahora del PP) ahora necesita más recursos que los pida”, es como no socorrer a una persona que se está ahogando hasta que no nos solicite nuestra ayuda oficialmente.

Sánchez , aunque en esta ocasión no lo parezca, es el mismo altruista y filántropo presidente que ha contribuido –muy «generosamente» y con mucha empatía, con 300 millones de euros a Mauritania, para frenar la migración irregular; con 800 a Marruecos, para la ejecución de nuevos proyectos de empresas españolas; con 18,5 más una partida urgente de otros 3,5 millones extra, en febrero, para la UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para ayudar los Refugiados Palestinos); con 2.000 millones a Cuba; con 215 millones a Venezuela y, con 554 millones más en 753 campañas oficiales de publicidad del Gobierno pagados a «grupos mediáticos» por sus multiples publicaciones en prensa impresa o digital.

Para todo esto no reparó en gastos y … ¡ pelillos a la mar!. Pero, para los valencianos «¡si quieren ayuda o necesitan más recursos… que los pidan!».
Estamos en el 2024. En estos cuarenta años el estado de las autonomías ha mutado hasta tal punto que se ha convertido, de hecho, (no de derecho) en una «confederación» de regiones. Y la tragedia de Valencia nos permite verlo con claridad.

¿Cómo es posible que el resto de Comunidades no pestañeen ni cuando el Gobierno central nos dice que esperaba que el presidente de la Generalitat Valenciana le pidiera ayuda?

¿Piensa Sánchez y su Ejecutivo que el territorio de las Comunidades Autónomas no es también territorio español donde el gobierno ejerce «de manera directa» todas las competencias que tiene atribuidas?

¿Se puede permitir que desde el Gobierno de España se nos diga que, en un caso como éste, es preferible que el Ejército se despliegue de acuerdo con las indicaciones de la comunidad autónoma «afectada», que es quien conoce el terreno? ¿Es que, acaso, el Ejército español no conoce el territorio de su propio país? ¡Ver y oír…para creer!

Una vez más, aquella España –la vengativa, fraticida y dividida que solía dolerle, en lo más profundo de su ser, al vasco universal y rector salmantino, el gran D.Miguel de Unamuno y Jugo– ha vuelto a ser de nuevo una realidad actual que ha superado con creces a la ficción.

En esta ocasion, ante la inacción del Gobierno, el pueblo llano ha decidido salir a las calles para ayudar a los afectados por la DANA. De ahí que, por todas las redes sociales, se haya extendido un «lema» que ha sido secundado por todo el mundo: «Solo el pueblo salva al pueblo», frase del poeta Antonio Machado y escrita, durante la Guerra Civil, en una carta a su gran amigo, el novelista ruso David Vigodsky…

(…) «En España –escribía Machado– lo mejor es el pueblo. En los trances duros, los señoritos (nuestros barinas) invocan la patria y la venden; el pueblo no la nombra siquiera, pero la compra con su sangre y la salva. En España, no hay modo de ser una persona bien nacida sin amar al pueblo. La demofilia es entre nosotros un deber elementalísimo de gratitud».

A la vista de como –después de 9 largos e interminables días con sus respectivas noches– están los escenarios en los distintos municipios de Valencia, no queda otro remedio que gritar a pleno pulmón, que «¡ obras son amores y no buenas razones !» y reforzarlo con lo que nos dejó escrito el filósofo Diógenes: «El movimiento se demuestra andando”.

Con este postulado –«El Cínico de Sinope»– quiso que nunca nos olvidemos de que en algún momento y en cualquier situación de la vida, hay que pasar de las palabras a los hechos.

Pedro Manuel Hernández López, médico jubilado, Lcdo. en Periodismo y ex senador por Murcia.
 

 

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