A propósito de un fenómeno puramente español: ‘el botellón’

Francisco Rey Alamillo
Profesor de Bachillerato y responsable de la Casa de Cultura y Solidaridad de Burgos

Que España sea el séptimo país del mundo en consumo per capita de alcohol, el tercero en producción de vino y el noveno en producción de cerveza, según datos de la delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Carmen Moya, no debería sorprender a nadie. La costumbre de los jóvenes españoles de reunirse en lugares públicos para tomar bebidas alcohólicas y charlar, conocida popularmente como ‘botellón’, es un fenómeno típicamente español que apenas se practica en otros países de Europa.

Los bares,en España proliferan como setas, ya hay 320.000 bares, restaurantes y cafeterías Tocamos a uno por cada 134 habitantes, la cifra más alta de toda la Unión Europea. Llama la atención que Andalucía sea la región donde se concentra el mayor número de establecimientos: 45.000. Curiosamente la autonomía que gobierna el señor Chaves, presidente nacional del PSOE, tiene el 23% de todos los parados españoles y 7 de sus 8 provincias están entre las más pobres de España Ante estos graves problemas, me pregunto: ¿es casualidad esta relación: problemas reales – cultura de evasión – alcohol. Pareciese que el «Panis et circus» de los romanos sea el «fútbol y botellón» del presente. En un chiste el genial Forges mantiene esta conversación:

— «Ya puestos… ¿te imaginas a los 800.000 jóvenes de los viernes-noche reunidos en una gran manifestación exigiendo trabajo digno?

— Ojalá, pero por ahora sólo los veo aunados en que no cierren los baretos temprano.

— … Y mientras los poderosos , tan tranquilos…

—- … Y tan forrados».

Mas de uno nos preguntamos ¿es el alcohol un instrumento de control social?. ¿Es la ideología del botellón el germen de un fascismo social?

Recordemos que, según las encuestas escolares del Plan Nacional sobre Drogas relativos al 2004, la edad media en la que se empieza a beber alcohol es cada vez mas temprana, se sitúa en los 13,7 años, y la proporción de estudiantes que había consumido alcohol en los 30 días previos a la encuesta fue de un 65,6 por ciento. Un estudio realizado en septiembre de 2005 por el Ministerio de Sanidad reflejaba que el 27,3% de los jóvenes españoles de entre 14 y 18 años se habían emborrachado en el último mes y que su promedio de embriaguez era de uno cada diez días. Los jóvenes que recurren a las sustancias adictivas como el alcohol para socializarse buscan una suerte de efecto de escape de una realidad que no les gusta admitir, y su participación está relacionada con las ganas de divertirse, conocer gente nueva y evadirse de sus problemas, según el sociólogo Javier Elzo y el psicólogo Javier Urra. Ya muchos jóvenes asimilan que uno no puede divertirse, hacer amigos o ligar sin alcohol. Olvidan que es una droga y que cada vez necesitan más alcohol para pasarlo bien.

Estas personas buscan la evasión de un mundo que les condena a trabajo precario, a la exclusión de cualquier tipo, a la soledad o a la marginación. Los macrobotellones son síntoma de una juventud irresponsable, sin rumbo y sin ideales , sin capacidad de disfrutar de una vida coherente, y sin un proyecto vital sólido y fundamentado. Pero no olvidemos que la responsabilidad mayor la tenemos los padres que les hemos dejado esta sociedad del relativismo y del «sálvese quien pueda». ¿No resulta extraño que en Francia a los 20 años los jóvenes ya vivan fuera de casa y en España no se emancipen hasta los 30?

En un acto conmemorativo del 50 aniversario de la asociación «Alcohólicos Anónimos», Moya indicó que hay una relación directa entre el consumo de alcohol y enfermedades como cirrosis hepática y algunos tipos de cánceres, así como con los accidentes de tráfico. Asimismo, destacó otros consecuencias negativas derivadas del consumo de alcohol como los costes laborales (absentismo, bajas, incapacidad temporal) y, en muchos casos, violencia doméstica y maltrato infantil.
En especial, hizo hincapié en el abuso del alcohol entre los jóvenes, y aseguró que éstos cada vez consumen más y en cantidades más elevadas, asociándolo frecuentemente con otras sustancias tóxicas como el tabaco, el cannabis o la cocaína. Por ello, afirmó que las alternativas de salud pública deben abordarse desde una política global y multidisciplinar, poniendo el acento en la prevención en el ámbito juvenil, ya que el abordaje terapéutico del alcoholismo no es sencillo. Otros experto en alcoholismo como Ginés Llorca, catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Salamanca, ha advertido sobre el «síndrome fetal alcohólico», cada vez más común, que provoca que muchas mujeres alcohólicas tengan hijos subnormales o con deficiencias.

Muchos casos de violencia doméstica está íntimamente relacionada con el alcohol. En la Comunidad de Valencia 7 de cada 10 casos están relacionados con el consumo de alcohol (La Verdad, 12 de enero de 2002). La mitad de las agresiones domésticas tienen como detonante el alcoholismo (ABC, 21 de enero de 2001 ). El consumo de drogas y alcohol es el principal detonante de la violencia doméstica. (El Mundo, 12 de diciembre de 2000 ), etc… Existe una relación directa entre alcohol y violencia. Según la OMS, en España el 25% de los casos de los malos tratos se vincula a la bebida. Además, más de la mitad de los españoles (57%) cree que el abuso en la bebida influye «mucho» en este tipo de violencia, y el 39% que influye «bastante». El consumo de alcohol causa directamente mas 13.000 muertes en España.

Si nadie duda de que el alcoholismo es un gran problema de salud pública con consecuencias de gran trascendencia, y que la prevención debe ser la herramienta fundamental, ¿por qué no se va a la raíz del problema y se deja de banalizar la cultura del alcohol? ¿Es que hay intereses comunes entre la industria de bebidas alcohólicas y la permisividad de los poderes públicos?

Resulta sorprendente que existiendo limitaciones en la venta de alcohol a menores de 18 años, tantos adolescentes manifiesten haberse emborrachado. Hay algo que falla, dice la ministra de Sanidad, Elena Salgado. Estamos de acuerdo, pero: ¿Qué hace su Gobierno para combatir la violencia y el alcoholismos entre los jóvenes? Hoy, promover la responsabilidad de los jóvenes en su educación no resulta políticamente correcto, al contrario es más rentable electoralmente adular a la juventud… Mientras no se combata esta cultura violenta y permisiva, en todos los aspectos de la vida; mientras las familias, ayuntamientos y gobiernos alienten y no combatan esta cultura del botellón, de los macroconciertos, de la irresponsabilidad, del hedonismo y salvaje individualismo; mientras no se promueva una cultura de la solidaridad, de la responsabilidad, del compromiso, no habrá esperanza y la violencia y el destrozo de tantas familias seguirá creciendo… ¿ No es esto más urgente que el tabaco, señora ministra? ¿No tiene esto relación con la violencia de género?.. ¿Saben cuántos alcohólicos tiene España? Se calcula que más de tres millones y la cosa va a más si no lo remediamos

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