Luis J. Pasamar
Almería
Es evidente que una de las principales obligaciones de los grupos políticos locales es tratar de desarrollar un modelo de ciudad. Nuestros actuales gobernantes muncipales nos dan abundancia de pistas sobre lo que quieren para el futuro de Almería: altos edificios en primera línea de playa, construcción de torres de muchos pisos en lugares estratégicos, máximo espacio para desarrollar nuevas urbanizaciones…
Tambien es evidente que un crecimiento tan extraordinario de nuevos barrios necesita de más infraestructuras y servicios, pero eso al parecer, sólo corresponde a la Junta de Andalucía quien ha de afrontar esa obligación, sin ningún derecho a tratar de poner orden en el desarrollo urbanístico, “que nos quiten las competencias en materia de urbanismo”, proclama reiteradamente el concejal del ramo.
Necesitamos una ciudad en la que sea agradable vivir, que disponga de espacios de ocio y recreo en cada barrio, en la que la circulación no se colapse y que disponga de buenos accesos, que nuestros hijos tengan cerca su colegio y que puedan practicar deporte sin necesidad de realizar grandes desplazamientos, en la que los vecinos puedan reunirse y ser oídos.
En resumen, no perder la ciudad amable que hasta hace poco era Almería, ni la capitalidad por convertirnos en una serie de urbanizaciones cerradas e incomunicadas.
