Diego Palacios Soto
León
Quería manifestarle mi consternación por la expulsión la semana pasada
de seis estudiantes del I.E.S. Eras de Renueva, en el municipio de León.
Después de semanas bombardeándonos con noticias sobre adolescentes que
usaban sus teléfonos móviles para grabar palizas a indigentes, peatones
y compañeros de clase; me deprimo al ver que los hay que piensan que el
problema es que los adolescentes graben videos con el móvil, olvidando
que el problema real eran las palizas, las vejaciones, y en definitiva,
la violencia gratuita.
Estos seis estudiantes han sido víctimas de ese sensacionalismo. Han sido expulsados cinco días y se les ha abierto expediente por grabarse con el móvil. Pero no pienses que grababan pornografía, violencia o vejaciones. Si no simplemente se grababan bailando en los baños o corriendo en el descanso de clase.
Las normas de este Instituto prohiben expresamente las grabaciones dentro del Instituto, sin embargo, según esas mismas normas la falta ya estaba prescrita, y el castigo era la requisa de las cámaras para devolvérselas posteriormente a sus padres.
Me abate pensar que este desmesurado castigo ha sido perpetrado desde el
más absoluto secretro, pues ningún profesor ni el jefe de estudios habían manifestado su malestar ni a los alumnos, ni a sus padres. No me cabe ninguna duda que un buen ejercicio de diálogo y entendimiento, a parte de haber solucionado el problema, hubiero servido para dar una lección a estos jóvenes, y enseñarles que los problemas se arreglan de esa forma. O al menos haberles escuchado, haberles permitido pedir perdón o incluso, ofrecer su colaboración con el Instituto.
Por último quería expresar mi ánimo a las familias que se han visto
afectadas y felicitarles porque sus hijos hubieran decidido el uso de
las nuevas tecnologías para dar rienda suelta a su imaginación y su
humor en vez de la violencia de los casos que desgraciadamente hemos
tenido que escuchar en los medios durante estos últimos meses.
