Otro verano perdido en la educación

Antonio Jimeno Fernández
Profesor de Instituto
Barcelona

Deseo exponer el caso de los muchos adolescentes que el pasado mes de junio acabaron un curso de la ESO con asignaturas suspendidas. Como ahora no hay exámenes de septiembre, este verano no han tenido que estudiar para intentar aprobar. Sus padres se han quedado casi sin argumentos para conseguir que lo hagan. Estos adolescentes se han pasado el verano haciendo las mismas actividades que sus compañeros que, porque trabajaron, lo aprobaron todo.

Desgraciadamente han aprendido que para pasar un verano sin necesidad de estudiar, no hace falta aprobar en junio. Algunos de ellos, pese a suspender muchas asignaturas, han sido promocionados de curso, ya que la ley impide la segunda repetición y, además, permite que el profesorado así lo pueda decidir, sin que para ello sea necesario que el alumno llegue a unas notas mínimas.

Dentro de unos días estos alumnos iniciaran un curso que difícilmente podrán aprovechar, es decir que muy probablemente iniciaran un proceso de fracaso escolar continuado. Algunos acabarán convirtiéndose en alumnos conflictivos ya que a partir de los 14 años es muy difícil aguantar pacientemente seis horas diarias de clase sobre temes que no se pueden entender.

Pero lo más preocupante no es lo que no aprenden, sino que no están adquiriendo ni hábitos de trabajo, ni capacidad de esfuerzo, ni sentido de responsabilidad, al no ver que hay una relación directa entre el esfuerzo que se realiza y lo que se consigue.

Ante todo esto no deberíamos mirar para otro lado, a fin de cuentas los padres y los profesores somos los principales responsables. El problema tiene solución. Por ejemplo, en muchas Comunidades Autónomas sí se hacen exámenes de ESO y de Bachillerato en septiembre. ¿Qué se puede hacer? Pues es muy sencillo, exigir a todos los partidos políticos que incluyan en sus futuros programas electorales el establecer una enseñanza de calidad, sin promoción automática y diversificada a partir de los 14 años, para que cada alumno pueda encontrar una vía que se ajuste a sus capacidades e intereses. En democracia este es el camino. Los jóvenes de un país son como en ese país se quiere que sean.

DOCUMENTO

FEDERACIÓN SINDICAL DE PROFESORES DE SECUNDARIA

COMPARECENCIA DE EDUARDO CALDERÓN CUETO ANTE EL SENADO

Señoras y señores senadores, Señor presidente:

En primer lugar, en nombre de la Federación Sindical de Profesores de Secundaria y de la Unión Sindical de Profesores Licenciados, quiero agradecer la oportunidad que se nos brinda de comparecer ante esta comisión para el estudio de la futura Ley Orgánica de Educación.

La presencia de las organizaciones profesionales de la Educación Secundaria en los procesos legislativos sobre educación, continúa hoy siendo insuficiente a nuestro juicio, y siempre es de agradecer cada paso que nuestras instituciones den para al menos escuchar a las organizaciones de profesionales del sector.

Es triste comprobar que los prejuicios teóricos o ideológicos, cuando no los intereses o las luchas de partido, se anteponen a los argumentos prácticos, surgidos del saber y de la experiencia cotidiana y, lo que es aun peor, a los intereses mismos de la Educación.

España necesita un gran pacto por la Educación, un gran pacto de los partidos políticos, que son quienes en esencia hoy mantienen posiciones que en muchos casos se manifiestan irreconciliables entre sí e irreconciliables con el tiempo que les ha tocado vivir.

Y es que, tras muchas reflexiones, los que estamos a este lado de la Educación, los que nos dedicamos a ella y con ella sufrimos y gozamos, estamos empezando a llegar a la conclusión de que los partidos políticos que nos representan en las Cortes Generales deben firmar, en primer lugar, un pacto previo al político; deben firmar un gran pacto con el sentido común, con la realidad, no ya con la razón; al menos con lo razonable.

No hay prudencia sin tolerancia y no hay tolerancia que no esté dispuesta a reconocer, con una dosis imprescindible de escepticismo, que uno, por mucho que se guste, por mucho que se quiera, ha podido llegar a equivocarse, ha podido hacer las cosas mal.

Ustedes. Todos ustedes, han conseguido politizar la educación. Los profesores hemos visto y por desgracia vemos todos los días, cómo la educación es la prenda soñada desde las más bajas pasiones políticas como un instrumento más, como una pieza más que cobrar, como una cota que debe ser tomada en una batalla que no sabemos nunca a qué victoria final pretende conducir.

Cuando la lucha de partido, cuando la visión parcial de cada cual se toma como un valor absoluto que se antepone a cualquier otra consideración, entonces no se está gobernando o legislando para el bien de las personas ni para su felicidad. En ese caso se actúa por puro narcisismo, por puro interés particular y ciego que olvida que la misión más noble que se alberga en las cámaras legislativas es la de intentar dar voz y palabra, letra y pulso a normas cada vez más acordes a la razón; normas que serán más altas cuanto menos particulares y más universales sean.

Señorías: la razón no es patrimonio de nadie, no pertenece a nadie en exclusiva. Si existe algo así como La Razón, nos pertenece a todos y todos juntos deberíamos dejar de lado nuestras interpretaciones parciales para alcanzar una verdad que no fuese la verdad de un partido u otro, de una ideología u otra: ni siquiera la verdad de esta Cámara.

La educación no es un concepto abstracto, no es un razonamiento ni un proceso especulativo. La educación es algo práctico, es un actuar que produce unos resultados. Y esos resultados pueden y deben ser medidos y nuestros actos modificados y corregidos a la luz de estos datos.

Cuando los nuevos sofistas de la educación, esos teóricos especulativos que se comportan como nobles almas apartadas de la materia, diseccionan el cadáver de la educación apartando aquí un colgajo o allá un nervio con unas largas pinzas y no sin cierto rictus de asco en sus labios, cuando los nuevos sofistas, que predican supuestas teorías pedagógicas revolucionarias, que se atoproclaman sabios en la materia, que como los antiguos sofistas van de ciudad en ciudad cobrando por sus adornadas charlas, cuando esos nuevos sofistas que desprecian al esclavo que toma cada día al niño de la mano para llevarlo a la escuela, cuando esos nuevos sofistas planifican nuestra educación y nadie osa contradecirles, entonces hemos optado por la mitología, no por la razón, hemos optado por el cuento, no por la realidad.

La educación se toca sin guantes y se huele sin mascarilla todos los días en las aulas y los que la tienen por compañera no son seres ciegos, sordos ni mudos intelectualmente. Son profesores con largos años de preparación, práctica y estudios. Son profesionales licenciados de una, dos o tres carreras, doctores y catedráticos que hasta ahora, desanimados, han venido diciendo a estos sofistas: ”solo se que no se nada”.

Pero no podemos ni debemos seguir callados. Somos ese ejército de universitarios que hoy sobra para quienes mantienen un espíritu de casta inadmisible. somos ese ejército de universitarios que ha hecho que este país avance más en treinta años que en tres siglos, somos ese ejército de universitarios, surgidos la mayor parte de nosotros de clases trabajadoras y de un sistema público de educación, que clama por cultura y saber para el pueblo, que clama por una educación sin mengua para las clases más desfavorecidas, que clama por que quiere que las élites intelectuales en España surjan desde todos los ángulos y rincones y estratos de la sociedad y de un sistema público de educación de la máxima calidad que garantice ese derecho esencial: el derecho a ser persona. La mejor garantía para una sociedad con futuro.

Si ustedes siguen dando la batalla por la educación como si no fuera ésta más que una marca en un plano de operaciones, una chincheta colorada que debe ser tomada al asalto con el menor número de bajas posibles, deben explicarnos cuál es el fin de esta su lucha.

Si la educación no importa, si la sanidad no importa, si la justicia no importa, si lo que importa es vencer. Nosotros les preguntamos: ¿vencer, para qué?, ¿para qué esa victoria que arrasa los campos?

Luchemos todos juntos por leyes razonables y luego demuéstrennos sus señorías, especialmente si algún día llegan a tener responsabilidades de gobierno, demuéstrennos sus señorías que saben gestionar bien con dichas leyes.

¿Quieren demostrarnos que son muy buenos en lo suyo? Construyan todos juntos un buen instrumento y escriban una buena partitura: cuando por turno les corresponda ejecutar la pieza con el instrumento que fabricaron, ya juzgaremos nosotros quién de ustedes lo toca mejor.

Pero saben, la partitura que han escrito, el instrumento que con este Proyecto de Ley ponen en nuestras manos, aunque no tiene mala madera, no es bueno, le faltan cuerdas, le sobran clavijas, está mal proporcionado. Sonará mal. No lo duden. Como sonó mal la LOGSE, una ley diseñada desde la visión extática de la verdad ocurrida a un reducido grupos de elegidos por la divinidad. Y es que un mal instrumento no hay virtuoso que lo toque.

¿Es incorregible? No. Se puede corregir ahora: desde la experiencia pasada, que para algo ha de servir; desde la experiencia presente y el saber de los legisladores y desde el saber teórico y práctico de quienes tienen las manos manchadas de tiza.

Esta ley tiene defectos graves, pero esos defectos pueden ser corregidos sin desdoro para nadie y a beneficio de todos. A ustedes corresponde considerar, a la luz de los aspectos puramente técnicos que aducimos, si se debe o no reconocer algunos errores propios y algunos aciertos ajenos y si por el bien de las personas debemos cambiar alguna nota y afinar aún alguna cuerda.

La organización a la que pertenezco y yo mismo, pensamos que todos los aquí presentes coincidiremos en algo: la ignorancia no es revolucionaria, ni siquiera progresista, fue siempre el destino reservado a los esclavos.

Por ello, confiando en el buen sentido de sus señorías, a continuación les indicamos algunos de los defectos más acusados que encontramos en el actual Proyecto de Ley:

1. Cuestiones relacionadas con la evaluación y promoción de los alumnos
2. Cuestiones relacionadas con el currículum
3. Cuestiones relacionadas con la ordenación del sistema educativo
4. Cuestiones relacionadas con la promoción de los docentes del Cuerpo de Maestros de Primaria al Cuerpo de Profesores de Secundaria.
5. Cuestiones relacionadas con los cargos directivos

1. Cuestiones relacionadas con la evaluación y promoción de los alumnos

1.1 Para que la Junta de Evaluación apruebe a un alumno una asignatura pendiente debe ser imprescindible que haya obtenido como mínimo un 3 en la materia en cuestión con buena actitud y sin sanciones disciplinarias.

2. No es bueno que en la ESO se pueda pasar de curso con tres asignaturas pendientes, aunque se diga que sólo se permitirá de forma excepcional (Artículo 28.3), ya que en la práctica la excepción se puede convertir en norma.

Un alumno no puede aprovechar un curso entero si ha de que superar tres asignaturas del curso anterior. Con tres asignaturas se debe repetir curso.

1.3 Es un error que no se pueda repetir cada curso siempre que sea necesario.

En el Art. 28.6 se dice que “el alumno podrá repetir el mismo curso una sola vez y dos veces como máximo dentro de la etapa (ESO)”. Esto nos lleva de nuevo a la promoción automática. Un disparate por la falta de motivación que produce saber que, aunque se suspenda todo, se pasará al curso siguiente. Muy diferente sería si el alumno supiera que si suspende, tendrá que volver a repetir o pasar a cursar otro tipo de estudios, como un Programa de Cualificación Profesional (PCP).

Los PCP se han de poder iniciar a los 14 años con una duración de uno o dos cursos para cubrir los 16 años de escolarización obligatoria. Además, debe establecerse un curso puente posterior a los PCP para obtener el título de la ESO.

Dado que la Educación Secundaria sólo es obligatoria hasta los 16 años, reconocer, sin más, el derecho a permanecer en la ESO hasta los 18, es otro error de primera magnitud: el alumno debe ganar ese derecho mostrando interés por sus estudios, esfuerzo y respetando las normas del centro, a sus profesores y compañeros. La decisión en este punto debe recaer, de modo vinculante, en el equipo educativo del alumno, que debería poder denegar el derecho a esta prórroga y desviar al alumno a Programas de Cualificación Profesional.

1.4 «pruebas extraordinarias de las materias no superadas» (Artículo 28.4 para la ESO y el Artículo 36.3 para el Bachillerato). Para que realmente las pruebas extraordinarias sea una segunda oportunidad, deben ser fijadas en septiembre.

1.5 Es un error establecer las llamadas pruebas de diagnostico en 4º de Primaria y en 2º de ESO.

La evaluación establecida en el Artículo 21, no debería hacerse en el 4º curso de Primaria sino en 6º y con valor académico para poder acceder o no a la ESO o bien para detectar a los alumnos que pasen a secundaria con carencias formativas, de modo que aquellos suspendidos en alguna asignatura, tengan ya en primero de ESO un horario ampliado de refuerzo. La prueba así sería importante para alumnos, familias y maestros y serviría para evaluar a los centros y alumnado a su llegada a los centros de secundaria. Igualmente es necesario establecer después de la ESO una prueba externa previa al acceso al Bachillerato y la FP, para garantizar que se poseen los conocimientos mínimos para aprovechar con éxito dichos estudios.

Las “pruebas de acceso” son una constante en el redactado de la LOE. Por ejemplo en el Artículo 49 se establecen unas pruebas de acceso posteriores a la ESO para acceder a las enseñanzas profesionales de Música y Danza. En el Art. 52 se establecen otras para acceder a las enseñanzas profesionales Artes Plásticas y Diseño. De la misma manera es lógico establecer después de la ESO una prueba de acceso a los CFGM y al Bachillerato (que son unos estudios más elevados).

1.6 No es suficiente que al final de la Primaria simplemente se deba entregar un informe para que el centro de Secundaria conozca el expediente académico del alumno. La Administración debe ejercer su responsabilidad de evitar posibles fraudes en las calificaciones. La Administración habría de establecer un control externo que evaluara si el alumno está o no preparado para pasar a la ESO.

2 Cuestiones relacionadas con el currículum

2.2 Es un error no autorizar explícitamente en la LOE que las asignaturas «Ciencias de la Naturaleza» de 1º y 2º de ESO se puedan impartir desglosadamente en alguno de sus contenidos, como aparecía en el redactado anterior, ya que esto permitía que los profesores de la especialidad «Biología y Geología» pudieran explicar su materia en 1º de ESO y los profesores de «Física y Química» la suya en 2º de ESO. Proponemos que se vuelva al redactado anterior.

2.3 No es conveniente que en la ESO la «Segunda lengua extranjera» y muy especialmente, la «Cultura clásica», sean materias voluntarias (optativas). Estas dos materias tienen que ser cursadas por todos los alumnos de la ESO.

3. Cuestiones relacionadas con la ordenación del sistema educativo

3.1. Es un error que los Programas de Cualificación Profesional (PCP) para alumnos que no tienen posibilidades de acabar la ESO se establezcan a partir de los 16 años y sólo de forma excepcional a partir de los 15 años. (ver Art. 30.1)

Desde de los 14 años ya se debe ofrecer otra vía, que llegue hasta los 16 años y que prepare bien para el acceso al mundo laboral y que permita, mediante la superación de módulos voluntarios de materias básicas de Secundaria, acceder al título de la ESO. Estos cursos se deberían realizar en aulas especializadas.

2. Diversificación:

Si a los alumnos que ya han repetido una vez, se les ofrece programas de diversificación curricular para obtener el título de la ESO más fácilmente, lo que sucede donde ya se hace, es que todos estos alumnos solicitan seguir ese camino que les permite incorporarse al Bachillerato o a la FP, con lo que estas dos etapas se degradarán en muy pocos años. Para evitarlo, o se establecen pruebas de acceso al Bachillerato y a la FP tras la ESO para todos los titulados en 4º, incluyendo también a los alumnos de diversificación, o la «diversificación curricular» debe comportar un año más de escolarización, dado que estamos ante alumnos que necesitan un mayor tiempo de aprendizaje por razón de su capacidad.

3.3 La Ley debe establecer la creación de aulas de acogida para los alumnos que se incorporen a nuestro sistema educativo sin preparación o cuando el curso ya está demasiado avanzado (Ver Art. 79).

1. Estos alumnos han de estar en aulas especiales hasta que conozcan nuestra lengua, conozcan nuestras costumbres y respeten nuestras escalas de valores.

2. Se han de incorporar a los cursos en los que puedan asimilar lo que se está trabajando, que no siempre coincide con lo que estudian los de su edad.

3. Todos los centros sostenidos con fondos públicos han de tener un porcentaje de alumnos inmigrantes similar.

3. Atención a la diversidad del alumnado:

Reivindicamos la discriminación positiva a favor de la educación, el derecho a que el alumno esté en un entorno de trabajo que le enriquezca y le permita seguir creciendo. Deben permitirse expresamente y regularse el establecimiento de grupos por nivel, de rendimiento o de interés, de modo que cada cual pueda ser atendido según sus necesidades de un modo real, no meramente supuesto, como en la actualidad.

La formación de grupos según la tipología del alumnado, permitiría un trabajo específico con cada grupo, sin decaer en los derechos de ningún alumno: al contrario, se trabajaría mucho mejor con todos de modo flexible y dinámico.

Es totalmente falso que un alumno desmotivado se motive en un grupo heterogéneo como los actuales en que su fracaso está asegurado, porque no es atendido en sus necesidades porque es materialmente imposible hacerlo.

4. Cuestiones relacionadas con la promoción de los docentes del Cuerpo de Maestros de Primaria al Cuerpo de Profesores de Secundaria.

Es un error permitir el paso del cuerpo de maestros al de secundaria sin necesidad de superar unas oposiciones

No exigir los mismos niveles de competencia que se exige a los opositores, es propiciar que el alumnado no tenga los mejores profesores. Máxime cuando en la Disposición Adicional Duodécima se piden 6 años de funcionariado para poder acceder por oposición. Sorprendentemente no se establece ningún número mínimo de años para acceder a dicho cuerpo sin necesidad de oposiciones.

Exigimos que para pasar del Cuerpo de Maestros de Primaria al Cuerpo de Profesores de Secundaria el único camino a seguir sea la superación de las correspondientes oposiciones, en las cuales se valorando los méritos, y quedarando exentos de superar la fase de prácticas.

Por otra parte, nos parece absolutamente injustificado que se establezca para el Cuerpo de Maestros cuando accede al de Secundaria, un derecho que nadie ostenta en todo el sistema educativo: el permanecer en la misma plaza que ocupaba: ello llevaría a poner siempre en primer lugar los derechos de estos funcionarios, sin tener en cuenta en absoluto los criterios de antigüedad, capacidad o mérito a que obliga nuestro sistema. Es una ruptura injustificada del sistema que se aplica en todos los casos y puede significar el desplazamiento de miles de Profesores de Secundaria o Catedráticos con mejor derecho.

5. Cuestiones relacionadas con los cargos directivos

5.1 Es un gran error que se permita ser Director de un centro de enseñanza Secundaria a un maestro adscrito a dicho centro, como se desprende del redactado del Artículo 134, por quien, según el propio Estado, no está capacitado para impartir docencia en todos sus niveles y sólo en los dos primeros cursos de la ESO. Este criterio es un absurdo que sólo se justifica desde la presión ejercida por diferentes colectivos.

5.2 Es surrealista que la ley establezca que en el Consejo Escolar del centro pueda haber alumnos de 12 años (Artículo 126.5), Ello implica decidir sobre, por ejemplo, aprobar o no la programación didáctica del centro, decidir la admisión o no de alumnos, aprobar o no las normas de organización del centro, etc. Y que de otra parte se disminuyan las competencias de los profesionales del claustro.

Proponemos que los temas estrictamente académicas (programaciones y didáctica) sean competencia exclusiva de los profesionales del sector.

5.3 Es un error establecer que en la selección del Director tenga el mismo peso el Claustro de Profesores que los miembros no docentes del Consejo Escolar. Pensamos que esto no es correcto porque los profesores son los profesionales y los únicos que pasan toda su vida profesional en centros educativos. En cambio, los miembros no docentes son los alumnos, que pueden tener sólo 14 años (en el artículo 126.5 se dice que los alumnos pueden ser electores desde que cursan 3º de ESO); los padres, que sólo representan a un 5%, dado que sólo este porcentaje va a votar para escoger a sus representantes; y los representantes del personal no docente, que son muy pocas personas si se comparan con el profesorado.

El Consejo Escolar debe ser órgano consultivo, pero no la máxima autoridad de gobierno del centro. La Dirección de los centros queda paralizada en el hacer del día a día porque casi todas las decisiones han de ser visadas por el Consejo Escolar.

5.4 Los Jefes de Estudios en Secundaria, deben pertenecer a los cuerpos de Secundaria. De otro modo, funcionarios sin competencias en todos los niveles organizarían todos ellos y estarían al mando de un personal de mayor grupo y nivel. Algo, además de contraproducente en la organización del centro, contrario a los principios básicos de nuestro sistema funcionarial, como ya se ha acreditado por diversas sentencias.

5.5 Las Jefaturas de Departamento deben ser desempeñadas por profesionales de los Cuerpos de Catedráticos en primer lugar y en su defecto del Cuerpo de Profesores de Secundaria en exclusiva, por competencia en la materia: los Departamentos se forman según especialidades y son los especialistas los que deben organizar los contenidos, controlar su aplicación y atender a las reclamaciones. Si no se hace así, se atenderá a criterios diferentes a los que un análisis mínimamente racional recomienda.

Madrid, 14 de febrero de 2006

Eduardo Calderon. Secretario General del Sindicato USPLMadrid-FPS. T: 928-360798 / 362884 [email protected] WEB: ww.pagina.de/ucpl

Antonio Jimeno. Presidente del Sindicato AMES-FPS (Cataluña). T: 659 002 871. [email protected] WEB: www.ames-fps.com

Honorio Vega. Presidente del Sindicato ASPESCL-FPS (Castilla-León). T: 923612263 [email protected] WEB: www.aspescl.com

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