Federico Jiménez Losantos y ‘La Mañana’

Juan Luis Cuñat
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Carta a don Alfonso Coronel de Palma, presidente y consejero delegado de COPE

Muy Sr. mío:

Con fecha de 22 de octubre de 2006, aparece en la página web de Periodista Digital la noticia de que Federico Jiménez Losantos, una vez finalizado su contrato a partir del próximo mes de junio, no renovará con la COPE. Entiendo que, a estas alturas, necesariamente, la noticia no puede dejar de ser pura especulación. Tampoco me cabe la menor duda de que existen fuertes presiones, en este sentido, por parte de algunos sectores muy concretos de la Conferencia Episcopal, así como de otras altas instituciones del gobierno y del Estado. Estas últimas son las que menos nos deben preocupar. No pretendo dar ninguna lección, pero tomar tal decisión sería un tremendo error, tanto político como moral, en las actuales circunstancias de nuestro país. Sin ningún genero de dudas, también económico.

Con independencia de la indudable caída de ingresos que sufriría la COPE, se podría alegar que la COPE no está para hacer política. Grave error. Sí, todos hacemos política queramos o no. De manera activa, o por omisión. No se trata de caer en la defensa de personalismos a ultranza, pero retirando a Jiménez Losantos se haría la política que conllevaría en sí la propia decisión, coincidente con la de aquellos que desde otras instituciones pretenden tal cosa. — Le ruego transmita a quien, en esa Casa, no le gusten las formas del Sr. Jiménez Losantos, que no estamos en un partido amistoso contra la mentira y la falsedad.

Disculpe que me refiera a mí mismo para aclararle que no me dirijo a Vds. desde una posición de extrema derecha. Tampoco soy el único, ni mucho menos, respaldando la opinión que aquí expreso. Me repugna la violencia, pero no me gusta confundirla con la propia fuerza y la toma de posturas fuertes y decididas. La violencia es el abuso de fuerza, la trasgresión de los límites éticos por la fuerza, pero no la propia fuerza. Solo utilizada para transgredir la libertad ajena es violencia. La fuerza dentro de los límites éticos es necesaria para superar las condiciones naturales y sociales que devienen en decadencia, el relativismo, el postmodernismo, el pensamiento débil, el «buenismo». Las posturas de fuerza – energía, persistencia, firmeza, resistencia, iniciativa, resolución, determinación, coerción, competitividad, presión -, aunque puedan resultar incomodas a muchos pusilánimes, son reflejo de un vigor sano y necesario en la sociedad. — Una renuncia a emitir programas radiofónicos con verdadera energía en la defensa de la Verdad y de nuestros bienes morales – España y nuestro régimen de libertades son dos de ellos, junto con todo nuestro patrimonio religioso y cultural -, así como a asegurar su presencia en la vanguardia de nuestros valores cristianos, significaría un entreguismo moral desde posturas claramente relativistas, vengan de donde vengan, desde dentro o desde fuera de la casa, de arriba o de abajo de las instituciones.

No me preocupan los falsos y mentirosos una vez descubiertos, me preocupan aquellos que, llamándose cristianos y ocupando puestos de responsabilidad y decisión, no toman posturas abiertas con la energía necesaria para combatir y frenar la mentira y la manipulación. Los políticamente correctos de siempre. — Los que, al final, querrán llevarnos a que por decir nuestro nombre de pila, si éste es cristiano, se considere una agresión de extrema derecha por atentar contra las creencias de algún prójimo.

Me permito insistir, no estamos en un partido amistoso contra la mentira y la falsedad. Todo lo contrario. Quiero referirme a la adjunta «Instrucción Pastoral aprobada en la LXXIX Asamblea Plenaria de La Conferencia Episcopal, de noviembre de 2002, sobre la «Valoración moral del terrorismo en España, de sus causas y de sus consecuencias». Tengámosla presente a la hora de conformar la opinión pública de nuestra sociedad, en estos momentos. Quizá sea oportuno recordarla también a algunos miembros de la propia Conferencia Episcopal. En la COPE se debe apostar por la moral, con toda su fuerza, no por la «moralina». Vayan pensando que hacen en junio próximo con el programa «La Mañana», y el papel que deben jugar en nuestra historia.

Salvando la infinita distancia entre los hechos y sus autores, quiero terminar proponiendo una pregunta abierta para que cada uno se la conteste a sí mismo ¿Hay alguien que piense que se debería eliminar del Evangelio el pasaje de Cristo expulsando, por la fuerza, a los cambistas del Templo? ……….. Sí señores, Cristo los expulsó por la fuerza, de esto no cabe la menor duda, aunque pueda no dar el perfil políticamente correcto para algunos !!!

Cordialmente.

Juan Luis Cuñat

PD. Copia de este escrito ha sido remitido a varios medios de comunicación, así como a los miembros de la Conferencia Episcopal Española.

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