Nueva situación eclesial en la prelatura de Ayaviri

P. Hilario Huanca
Ayaviri (Perú)
correo electrónico

¿Qué está sucediendo con nuestra Iglesia Peruana? Lo cierto es que experimentamos y percibimos una fuerte preocupación en cuanto a nombramientos de Obispos porque salvo excepciones, no conducen ni a la comunión, ni al esfuerzo que la Iglesia Católica está llamada a hacer para que su testimonio evidencie su claro testimonio y fidelidad a su único maestro el Señor Jesús. Los medios de comunicación como en ningún otro momento se manifiestan críticos ante una manera de actuar sumamente autoritaria que como católicos nos desacredita.

En particular en este momento nos queremos referir a la Iglesia del Sur andino, una Iglesia que ha buscado ser fiel a su misión en estos cincuenta años en una realidad marcada por la extrema pobreza y la violencia política. Cómo no agradecer a los pastores que supieron comunicar su fe y su esperanza y su espíritu de comunión con todos. Juntos como pueblo de Dios fuimos avanzando entre luces y sombras, en aquellos trágicos años de la violencia terrorista, pero también resistiendo al olvido de los diferentes gobiernos de turno a una realidad de miseria que en las últimas elecciones del País, se ha evidenciado clamorosamente. Esos pastores que asumieron el Vaticano II, pisando el barro y mezclándose con la gente, hoy ya no están.

Los nombramientos de Obispos al menos en el sur andino por ser lo que más conocemos y vivimos nos están llevando a una situación que a veces nos resulta insostenible. Un verdadero pastor no puede estar lejos de la bondad y misericordia con la gente que ha trabajado tantos años en esté país en el que se ha entregado la vida, con muchas fallas quizás pero con entrega incondicional en situaciones nada fáciles en cuanto a la geografía, distancias, etc. En medio de este pueblo pobre y sencillo, los que vinieron de fuera y los que nacimos al calor de esta Iglesia hemos sido felices.

Relatamos algunos hechos que para nosotros no son intrascendentes que pueden explicar de alguna manera el malestar que hoy sentimos:

Desde el 30 de abril del 2006, día en el que Mons. Kay Martín Schmalhausen Panizo, scv tomó posesión como Obispo Prelado de la Prelatura de Ayaviri, los agentes pastorales de la prelatura vivimos una nueva situación eclesial. Situación que se caracteriza por una actitud adversa del nuevo obispo y los miembros de la Sociedad Apostólica “Sodalitium Christianae Vitae” a la cultura de esta región andina, al estilo de vida de la Iglesia de Ayaviri y la misión realizada hasta este momento por todos los que hemos dejado lo mejor de nuestra vida aquí.

En lo que refiere a la vida de la Iglesia, el día anterior, 29 de Abril, a su toma de posesión canónica, los agentes pastorales sacerdotes, religiosas y laicos expresamos nuestro saludo y acogida a nuestro nuevo pastor y le invitamos a visitar nuestras respectivas comunidades y Parroquias. La invitación fue aceptada por el Sr. obispo y las está realizando; sin embargo durante las visitas y en diversas ocasiones empezamos a percibir en el nuevo obispo y sus acompañantes una actitud de ignorar a los agentes pastorales especialmente a los laicos como los catequistas y animadores cristianos. Durante sus visitas el obispo priorizó su visita al párroco y a las autoridades civiles locales. Nos duele como personas que hemos trabajado codo a codo con nuestros hermanos andinos esta forma de proceder porque amamos al Perú, pero somos conscientes del racismo que existe y que esta actitud de ignorar a la gente del lugar puede ser no sólo interpretada sino sentida como discriminación.

Lo que mas nos sorprende y duele son las decisiones hostiles que el Sr. obispo a tomado con algunos sacerdotes:

– El P. Luis Humberto Béjar Assaf, (argentino) director del preseminario “Casa San José”, se sintió forzado a retirarse por las condiciones impuestas por el obispo y el 14 de Julio de este año abandonó la prelatura.

– El P. Otto Brun, (Suizo) párroco de la parroquia San Francisco de Ayaviri, fue trasladado a la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Crucero, una parroquia geográficamente difícil para un sacerdote de 68 años; por lo que a solicitud de los sacerdotes fue trasladado a la parroquia Santa Cruz de Orurillo

– Al P. Francisco Fritsch, (Francés) párroco de la parroquia Santa Catalina de Antauta, le rescindió el contrato a pesar de que él deseaba continuar prestando sus servicios sacerdotales y a pesar de necesidad de sacerdotes en la prelatura. A este sacerdote con 33 años de servicio a la prelatura, el 29 de Junio el obispo le entrega la carta fechada el siete de Junio y le da un plazo de tres meses para abandonar la prelatura. En la carta se afirma que esta decisión es tomada en acuerdo con Mons. Doré, obispo del P. Francisco en Francia, lo que según el P. Francisco no es verdad.

Conocida la decisión, el 12 de Julio los sacerdotes en nombre de todos los agentes pastorales de la prelatura pidieron por escrito al obispo una audiencia solicitándole que les informe sobre las razones de la salida del P. Francisco y su reconsideración. Lo que se volvió a solicitar en la reunión del obispo con los sacerdotes el 17 de Agosto; el obispo se negó a dar a conocer las razones y ante la insistencia de los sacerdotes señaló que su salida no se debía a su labor pastoral ni mucho menos a su situación personal.

Posteriormente, y con mucho dolor pero en actitud de obediencia, se fijó la fecha de su despedida de la parroquia de Antauta y de la Prelatura de Ayaviri para los días 29 y 27 de Septiembre respectivamente, el obispo desde Roma mediante carta fechada el 10 de Septiembre le comunica el 21 de Septiembre al P. Francisco que debe abandonar la prelatura el 22 de Septiembre, posteriormente acepta la misa de acción de gracias en Antauta para el día domingo 24 de Setiembre pero le pide que se abstenga de celebrar la misa el día 27 en la catedral de Ayaviri. La misa tuvo que celebrarse con la autorización del P. Pablo Habing, Vicario General, porque las invitaciones habían sido hechas con anticipación y no se conocían las últimas decisiones del obispo. Por todo lo sucedido con este sacerdote los agentes pastorales de la prelatura pensamos que no es una recensión de contrato sino un despido. ¿Por qué?

Y en cuanto a la pastoral realizada hasta este momento, no entendemos el por qué un Pastor que viene nuevo a esta realidad, así como sus colaboradores, no mostraron ningún interés en preguntar qué se ha estado haciendo hasta ahora, porqué se ha desarrollado la pastoral de una determinada manera; a qué desafíos responde el plan pastoral (1998) qué anima este servicio pastoral; qué resultados, dificultades o deficiencias tenemos.

Nos entristece el que no tuvo en cuenta para nada nuestra organización generada a base de mucho esfuerzo, dada la realidad andina difícil para la comunicación, por las grandes distancias. Lo que hizo fue convocar a reuniones por separado sólo a sacerdotes y religiosas y no a reuniones en conjunto como había sido la práctica hasta el momento; ignora y se puede pensar que no admite la organización por zonas, sus respectivos vicarios pastorales a quienes nunca ha convocado, y sus reuniones de coordinación zonal. Tampoco permite que los agentes pastorales participen en encuentros fuera de la prelatura; pero, envía a los mismos a personas de su entorno a pesar de que son personas recién llegadas y no conocen el pueblo ni la Iglesia de Ayaviri.

Nos duele que en las visitas, encuentros o entrevistas personales los comentarios sobre la pastoral realizada en la Prelatura de Ayaviri generalmente son negativos como “No se ha evangelizado”, “Se ha hecho daño a la gente”, “La pobreza moral de los pobladores”. Quizá estas actitudes ilustra mejor la noticia difundida por la agencia de prensa ACI el 10 de Octubre del 2006 desde Königstein, Alemania bajo el título: “Obispos refuerzan cuidado pastoral frente a ideologías en sur peruano”. En ella nuestro obispo Mons. Kay Martín y Mons. José María Ortega, obispo de la prelatura de Juli, habrían afirmado ante la AIS (organización de Ayuda a la Iglesia que Sufre): “…afrontar las secuelas de décadas de ‘mucha ideología’”…”durante las tres décadas pasadas ‘los intereses sociales’ se han enfatizado demasiado en desmedro del cuidado pastoral para las poblaciones indígenas”.

Nos sentimos muy desalentados ante todo esto que narramos por necesidad de ser escuchados, comprendidos. Somos sacerdotes, religiosas y religiosos que amamos a la Iglesia y queremos que se abra un diálogo, no podemos vivir de prejuicios mutuos, creemos haber hecho muchos esfuerzos por nuestra parte. Indudablemente todo trabajo humano tiene sus limitaciones y es posible que en nosotros haya habido aspectos a mejorar, pero nada se logra con posturas intransigentes que no sólo nos hacen daño a quienes tenemos un compromiso directo con la evangelización sino que el pueblo empobrecido queda afectado y no creemos que nuestra postura tenga que ser el silencio. No es fácil ser evangelizador en este tiempo y cuánto más si sólo podemos percibir desconocimiento de todo lo que hasta ahora humildemente hemos vivido y realizado. Nos preguntamos ¿qué hacer en esta situación? ¿Cómo vivir el amor del que nos habla cotidianamente el evangelio y que ha sido reflexionado tan profundamente por nuestro actual Papa Benedicto XVI?.

El sur andino como Iglesia está padeciendo; los prejuicios y las determinaciones de nuestro actual pastor. Estamos dispuestos a continuar colaborando en el anuncio del Reino entre los más pequeños y olvidados, pero queremos también que se nos considere personas humanas, con derecho a manifestarse como adultas y a ser respetadas y no arrancadas de nuestra realidad, ni negadas porque esto sólo nos lleva a perder energías frente a la vida y misión de la Iglesia de Ayaviri. Porque como bien dice San Pablo “Llevamos este tesoro en vasijas de barro”

Finalmente ante todo lo vivido, los agentes pastorales solicitamos por escrito al obispo una audiencia para expresarle nuestras preocupaciones. El obispo aceptó la reunión pero sólo con los sacerdotes. La reunión se llevó a cabo el 17 de Agosto. En ella el obispo dio por no recibida la carta por considerarla como instrumento de presión y manipulación. Es decir, no se llegó a ninguna solución.

Teniendo en cuenta que los religiosos y religiosas presentes en esta realidad sufrimos las consecuencias, pedimos que la Conferencia de Religiosos de Perú tome en cuenta estos hechos y nos ayude a un diálogo eficaz.

Ayaviri, noviembre del 2006

P. Hilario Huanca Mamani ss.cc.

Nota: Apoyo esta comunicación de nuestros hermanos porque las consecuencias están siendo muy dolorosas. Perú es un País sumamente acogedor y agradecido con sus evangelizadores y respetuoso de sus pastores, por eso es urgente una voluntad de diálogo en la verdad que no ahogue la vida que se ha entregado en esta vasta región.

Lucrecia Aliaga ssj
Presidenta de la CRP

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