Fiscalía mercurial

Juan Escribano
Fuenlabrada (Madrid)

Señor director: La actitud mercurial de la Fiscalía me tiene cruzados los cables, es que no se a que carta quedarme, pues verá, la Fiscalía se mueve tanto que parece que este hecha de azogue, se mueve más que un garbanzo crudo en la boca de un viejo al que su pensión no le da para una prótesis dental, para subvencionar estas prótesis no hay presupuesto, pero si lo hay, para subvencionar titiriteros, abortos, publicaciones pornográficas con el fin de ofender a millones de católicos, subvencionar a los familiares de etarras etc. Pero vamos al tema.

Yo tenía la esperanza, quizá por que lo he visto en películas americanas, que nuestra democracia llegaría a conseguir que la Fiscalía fuera un ministerio público, es decir, para servir al pueblo, que los fiscales tuvieran como principal misión representar y defender los intereses del pueblo, procurando aproximar y, a ser posible hacer coincidir, lo que el sentido común dice que es justo, con lo que es en justicia.

Tenía la esperanza de que, el Fiscal general del Estado fuera algo así como el Justicia Mayor de Aragón, figura que nació a finales del s. XII y principios del XXIII, presidió las Cortes de Aragón y, tenía como función más importante recordar a quien gobernaba “… Que las leyes las debían cumplir todos, empezando por el que las promulgaba” (también Otegui) pero desde que el señor ZP llegó a la Moncloa y, desde que don Cándido Conde Pumpido fuera nombrado Fiscal General del Estado, me han echado por tierra esta esperanza, jamás pude imaginar que la Fiscalía se convertiría en defensora de criminales, ya sé que ni al señor Conde Pumpido, ni a ningún otro fiscal, se le puede pedir un acto de heroísmo como el que protagonizó el Justicia Juan de Lanuza, que fue decapitado por exigir que se cumpliera la Ley, pero si creo yo que se les puede exigir un poco más de decoro, que no todos los españoles nos chupamos el dedo.

Una última cosa, mi más entusiasta felicitación a los jueces del caso Otegui, han dejado con el bullarengue al aire al señor ZP, a la señora de la Vega, al flamante señor Ministro de Justicia, al señor Conde Punpido y, a los fiscales serviles por un plato de lentejas.

¿Por qué no se mandó por fax la absolución de Otegui y, nos hubiéramos ahorrado 83 millones de las antiguas pesetas, amen del bochornoso espectáculo del juicio?

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