¿Machismo cobarde?

Juan González Cuéllar
Sevilla

Soy un psicólogo, que en su consulta privada y en su experiencia personal, ha tenido vivencias cercanas, y ha pensado muchas veces sobre esto. ¿Cómo un ser humano puede matar a otro, solo porque le considera de su propiedad? ¿Qué falla cuando viene el impulso violento, y la razón no consigue pararlo?

Propongo:

1. Pena máxima para este ser humano que mata, es decir condena perpetua, perderá su libertad para siempre, sin paliativos.

2. Prevención, concienciación social, el delito tambien lo comete quien mira para el otro lado, y si se demuestra también tendría que haber pena.

3. Apoyo policial, jurídico, clínico y económico a las potenciales víctimas y a su entorno.

4. Promover la asociación de personas que potencialmente “saben” que no pueden contener el impulso asesino, si este se dispara, y apoyo clínico y social máximo a estos colectivos.

5. Intervención en las madres. Los tres primeros años de vida de un infante son sagrados. No hay excusas, las madres tienen que saber, que el abandono, la utilización, el maltrato y los modelos, a estas pequeñas personas son decisivos, para dejar “huella profunda” en los bebés. La sociedad tiene la responsabilidad de educar a las madres desde la concepción de sus bebés, y cómo hacerlo del modo más higiénico posible, en el ámbito emocional, de protección y seguridad. ¿Y con los padres? Poco se sabe, así que, nos deberíamos seguir dedicando a lo único que durante años hemos sabido hacer bien: facilitar la independencia de los hijos, y no más experimentos, por favor.

6. ¿Por qué son sobre todo hombres, los asesinos? No tengo respuesta, solo alguna intuición y que coincide con ¿por que son sobre todo mujeres las que padecen fibromialgia?. La ira incontenible de la “huella profunda” va hacia fuera o hacia dentro según el sexo. Y tampoco sabría por qué.

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