Cosas que pasan y no debieran de pasar

Amós Pascual
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Sr. Director:

Mal deben de andar las cosas por Can Botín, da la impresión de que se han metido en la boca un trozo tan enorme de carne que ahora resulta que no son capaces de tragarlo a pesar de sus enormes fauces.

Es lo malo que tiene cuando la soberbia, la ambición o la falta de previsión se topan con algo tan inesperado como la crisis actual y si a esto le añadimos el caso Madoff pues resulta que las cuentas no salen ni aún con ampliaciones de capital tan fabulosas como las anunciadas en los medios de comunicación, por eso han de recuperar liquidez recurriendo a procedimientos tan mafiosos como lo que yo llamo BULLING FINANCIERO, otros hablarían de extorsión.

Hace más de unas semana que me vienen acosando telefónicamente, hasta tres y cuatro veces al día, para reclamarme doscientos y pico de euros (el pico aumenta a diario supongo que por el astronómico porcentaje que aplican a los descubiertos) por una deuda inexistente que según ellos tengo contraída con la entidad.

El caso es le siguiente:

A finales de Septiembre y por aquello de la diversificación, dado el estado de la banca en general, traté con el director de la sucursal nº 5074 del Banco de Santander sobre la posible colocación de una cantidad determinada de euros, para una operación que al final no cuajó porque una cosa es lo que acordamos verbalmente y otra lo que me querían hacer firmar, que no era lo acordado en nuestras conversaciones.

En estas estábamos cuando me enseña el director el estado de mi cuanta y veo que de ella me habían detraído 200 €.

Al preguntar el motivo del cargo negativo me dice que era una “pequeña comisión” que me cargaban POR HABER INGRESADO DINERO EN MI CUENTA, ¡tócate el bolo Manolo! Cobran por darles dinero para que con él hagan pingues negocios mientras que a ti te dan en c/c un escaso 0.5%, ¡hay que tener morro y poca vergüenza! El colmo de la avaricia.

Como las conversaciones no llegaron a término y todo aquello me olió muy al, cancelé mi cuenta, una vez puesta a cero, conseguida la retrocesión de las cantidades indebidamente cargadas, y aquí paz y después gloria o eso pensaba yo porque a los pocos días comienzan las llamadas telefónicas, que todavía continúan y no sé hasta cuando porque a lo mejor piensan que, siendo o considerándose tan grandes, me van a acoquinar y al final, para que me dejen en pan, pague la inexistente deuda que según la última peticione ya supera los 270 €.

Todo eso a pesar de haberles dicho que tengo documentación del propio banco que demuestra la retrocesión de fecha 4/x/2008 de la deuda reclamada, pero es que además de falta de dinero debe de haber una desorganización interna de tal calibre que a nadie debe de extrañar que tras una auditoria hecha a Madoff hace mes y medio no se enterasen de que todo aquello era un gigantesco timo que les va a costar mas de una cana.

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