José Alfonso Romero P. Seguín
correo electrónico
En general, los políticos de un partido u otro, como los periodistas de un medio u otro, se han convertido por su perruna fidelidad a la causa de sus particulares intereses, en el mayor lastre que soporta el sistema democrático.
No hay en unos u otros más voluntad que la de hacer valer la suya, y en esa conveniencia se mueven ajenos a los problemas reales de aquellos que esperamos de ellos soluciones eficaces frente a nuestras dificultades e independencia en sus opiniones.
El Estado se halla hoy supeditado en lo político a un bastardo debate partidista. Y en lo concerniente al derecho a la información, en manos de la más grosera de las guerras mediáticas.
Y los ciudadanos, privados de información veraz y desasistidos de aquellos a quienes encomendamos la gestión de nuestros comunes asuntos, que expectativa nos resta que no sea la de esperar la caprichosa coincidencia de encontrarnos un día fortuitamente en el camino de sus respectivos intereses, y ser en esa casualidad socorridos o miserablemente atropellados.