Nuestra positividad o nuestra negatividad son determinantes para un crecimiento evolutivo pacífico o convulsivo de nuestro mundo
Nuestro planeta sufre un ciclo de crecimiento, de adelantamiento en sus estructuras astrofísicas y también un ciclo, no menos importante, de purificación. ES LA LEY DE LA CREACIÓN.
Ley que los extraterrestres o mentores siderales, los ángeles del pasado, conocen muy bien y que nosotros también deberíamos conocer porque sabemos que estos ciclos son activos y también están presentes en nuestra naturaleza biofísica, psíquica y espiritual.
¡Nuestro mundo vive! ¡Sabedlo! Nuestra presencia sobre el planeta que habitamos no ha sido por azar, así como tampoco lo es la presencia de las enzimas y todos los otros elementos que constituyen la estructura y la vitalidad de una célula.
Nuestra positividad o nuestra negatividad son determinantes para un crecimiento evolutivo pacífico o convulsivo de nuestro mundo.
De la forma como van las cosas, la convulsión es inevitable y la renovación estará lleno de efectos que no serán buenos.
Nosotros ya podemos preveerlos si miramos los acontecimientos con conciencia y con sentido de cuerda responsabilidad. Nuestro planeta vive, repito, y una ley de hierro lo dirige.
Los extraterrestres son el espíritu operacional de esta Ley y ellos han venido a enseñarla y hacerla respetar, a todo precio. Si las «enzimas» humanas están enfermas, ellos harán todo lo que deban hacer para remontar positivamente la renovación del mundo. Desde hace tiempo, el ofrecimiento ha sido dado a todos. A cada uno su elección.