Señor Director:
Mi hija, que cursa 4º de la ESO, está estudiando en la asignatura de biología y geología los grupos de fósiles: Trilobites, graptolitos, pteridófitas, braquiópodos… Sin embargo, va a terminar su enseñanza obligatoria sin saber la diferencia entre una tarjeta de crédito y de débito, lo que le van a descontar de la nómina, cómo le van a calcular los intereses de la hipoteca o lo que mide el IPC. ¿Tiene sentido?
Cuando yo era pequeña se decía que si ganabas 100, te tenías que gastar 80 y ahorrar 20. Cuando con esos ahorros tenías suficiente, te comprabas un coche, redecorabas la casa o te ibas de vacaciones. Ahora nos enseñan que si ganas 100, te gastas 120, te endeudas por 20 y… ya veremos. Y eso funciona mientras las cosas van bien, pero, cuando llega un periodo de crisis como el que estamos atravesando, nos lamentamos y buscamos culpables: las entidades financieras, que con su falta de escrúpulos han engañado a las familias para que se endeuden de una forma insostenible, los gobiernos que no han sabido legislar a tiempo para impedírselo, pero… a nadie he oído hablar de la parte de culpa de los ciudadanos, que con su falta de educación financiera se han dejado atrapar.
Y ya no se trata sólo de una cuestión de sentido común o de utilidad. El informe PISA, que evalúa a los estudiantes de 15 años, va a valorar en el 2012, entre otras cosas y por primera vez, la Educación Financiera. ¿Cómo cabe esperar que quede España? Por ello, desde hace tiempo, los docentes de economía en Bachillerato estamos reclamando la inclusión de la Educación Financiera como asignatura obligatoria en la ESO. De momento las autoridades educativas no se han dado por enteradas. Quizá estén esperando a ver los resultados del informe PISA del 2012.
