Y sentí, lo que debe de sentir la selva amazónica cuando se le ve una calva rodeada de un frondoso bosque
Decía José Antonio Marina que los sentimientos no son connaturales al ser humano. Decía que hay sentimientos que no se sienten en algunos países y en otros sí. Por ejemplo: la morriña de los gallegos y otros. Los sentimientos deben de tener un nombre para ser sentidos, mientras tanto, no existen.
También decía Santo Tomás de Aquino que Dios existe porque se puede decir. Yo tengo un nuevo sentimiento para ser sentido. Lo he bautizado con el nombre de «desarbolamiento». Aunque existe la palabra, no existe la acepción que yo le doy. Me explico: «Después de separarme, sentí como si me hubieran podado.
Como si me hubieran talado por dentro. Y sentí, lo que debe de sentir la selva amazónica cuando se le ve una calva rodeada de un frondoso bosque. Y sentí un desasosiego en mi alma. Y sentí la falta de aire en mis pulmones. Y me sentí derrotado y sin fuerzas para empezar de nuevo.
Hace poco sentí algo parecido aunque en menor grado, sucedió cuando perdí mi cuenta de correos de hotmail. Ahí tenía almacenados cantidad de relatos, artículos, poesías, cuentos, recuerdos imposibles de reproducir y, volví a sentirme desarbolado, talado, podado, impotente y sin fuerzas de continuar». Una persona muy sabia me decía que la vida te lo da todo, y poco a poco te lo va quitando. Hay que aprender a abrir la mano para dejar ir sin dolor. ¡Qué razón tenía!