Antonio Sánchez

180 ‘noes’ frente a 170 ‘síes’: el posible hundimiento de Rajoy

180 'noes' frente a 170 'síes': el posible hundimiento de Rajoy
Mariano Rajoy y su retranca gallega. PD

Al parecer, el señor Rajoy transita, cómoda y políticamente, entre el «laisser diré, laisser passer» (dejar decir, dejar pasar) de los filósofos de la tolerancia y su aparente burbuja de asesores y allegados que siempre le dan la razón, pero al final, como ocurre en el cuento del danés Hans Christian Andersen, no deja de ir desnudo puesto que no por el hecho de que una mentira sea aceptada por muchos tenga que ser cierta.

Pedro Sánchez juega ahora, astuta o pícaramente, las únicas cartas que le quedan. Llamará a todos. ¿Para qué? Simplemente para decirles que si quieren cuatro años más con Rajoy o con él y ellos en un contubernio de aceptaciones, dádivas y soluciones a la carta.
Es la estrategia a seguir. No hay nada más.

Rajoy y sus más íntimos colaboradores pueden pensar, equivocadamente, que las urnas le han otorgado un sí a su buen hacer. Craso error. Miles o millones de los que le han votado lo han hecho tapándose la nariz y hasta los ojos, conscientes del mal menor por lo que se avecina si entran a dirigir el país esas fuerzas que se autoproclaman del cambio, de la regeneración, en palabras y frases tan vacías que hieren la inteligencia de los que «inteligentemente» escuchan tales sandeces.

Además, Rajoy, que no deja de ser atrevido, no cesa de dar carnaza populachera al pueblo de sus amores y no es que montando un circo le crezcan los enanos, es que él les hace crecer: caso Soria, caso Rita Barberá, caso ministro del interior con el señor Rato… ¿Hasta qué punto está hipotecado?

El PSOE histórico sabe que el señor Sánchez pactará con el diablo para no quedar, personal y políticamente, marginado. Se lo están diciendo, se lo están escribiendo pero él silba y mira para otro lado. Solo ciertos barones son los que pudieran ahora dar un mazazo en la mesa y desterrar definitivamente al sitio que le corresponde al mediocre pero ambicioso líder puntual, esto es, a su casa. ¿Lo harán? Creemos que no porque están ya asentados en la poltrona de cierto poder.

Mientras tanto, Iglesias y su cuadrilla se frotan las manos, pues fundamentalmente nada tienen que perder. No se fían en absoluto de Sánchez pero saben que le soplarán al cogote en cuanto se arrimen a él en el poder. A rio revuelto ganancia de pescadores.

A los nacionalistas les trae al pairo el tal Sánchez siempre que se acomode a sus exigencias. Conseguido su objetivo, no solo le enviarán a su casa sino a un posible destierro atemporal. Menos mal, que tenemos al Senado.
Zapatero hizo muy mal en despertar y enfrentar de nuevo a las dos Españas. Ese es el único testamento político que nos ha dejado. Debiera al menos someterse, al igual que Aznar, a la disciplina del silencio.

En fin, vientos de mal presagio se avecinan para España.
Señor Rajoy, que el juego de Sánchez le coja con buenas cartas. Se lo dice un buen conciudadano.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído