La exaltación de un vicio
Trae consigo funestas consecuencias,
Sobre todo si es indicio
De constituir el oficio
De ciertas, supongamos, inteligencias,
Que malmeter… ¡son todas sus pertenencias!;
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De ellas vengo mención haciendo
En los extensos e intensos manojos
De versos que voy urdiendo
Al estilo de don Mendo
En su Venganza: él poniendo de hinojos
A los verdes… ¡y mi menda a los Rojos!;
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Nada en su perjuicio quiero,
Ni nada que les rompa una costilla,
Pero si en un basurero,
Como ha hecho el Zapatero,
Convierten la Política, de boquilla
Yéndose,… ¡anda y que les den morcilla!;
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Y si el Sánchez, el Narciso,
El más mentiroso cuanto más locuaz,
Le apoyan y dan permiso
Para mutar en su piso
La Moncloa, cada día más tenaz,
A la mierda… ¡y que nos dejen en paz!;
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He buscado en la RAE
Palabras que les definan sin retóricas,
Y cual la lluvia que trae
Una tormenta y cae
Del cielo, entre varias opíparas crónicas,
He dado con la más suculenta… ¡Hipócritas!.