Cartas al Director

Vicnuel Sánchez: «Los ciudadanos de a pie, las elecciones y las tics»

Vicnuel Sánchez: "Los ciudadanos de a pie, las elecciones y las tics"
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Aunque ya hay numerosos ciudadanos de a pie que usan las redes sociales para influir positivamente en la política, me parece que aún podríamos mejorar considerablemente en este aspecto, tanto cuantitativamente como cualitativamente. Y es que, actualmente, basta tener tiempo y algo de destreza en el uso de las TIC, para poder influir en la opinión pública tanto o más que lo que hace años podían hacerlo muchos políticos o periodistas. Es cuestión de ponerse a ello. Y está al alcance de cualquiera, pues, como es sabido, basta con tener en cuenta algunas consideraciones como las siguientes:

a) Con sólo poner un «me gusta» a una publicación, hace que el autor se anime a seguir publicando cosas buenas. Si nadie dice nada, el autor podría pensar, lógicamente, que nadie lo lee y que está perdiendo el tiempo.

b) Si no se nos ocurre publicar nada, tenemos bien fácil «compartir» (difundir) lo bueno que otros publican o las actividades interesantes que organizan.

c) Actualmente hay un abanico muy amplio de opciones políticas. Raro será que no estemos de acuerdo en algo para apoyarlo.

d) Conviene relacionarse con personas que piensan de forma diferente. Si sólo se hace con grupos afines («guetos»), poco se podrá influir positivamente en los demás y poco se podrá aprender de otros. Es conveniente contrastar ideas, por si hubiese algo que rectificar, pues lo malo es vivir engañados. Una buena forma de conseguirlo es, por ejemplo, escribiendo comentarios a los escritos de los diferentes periódicos, o usando en Facebook la opción «Publico» (dirigirse a cualquiera dentro o fuera de Facebook); por el contrario, la relación exclusiva con los «amigos afines» de Whatsapp podría llevar a un predominio de lo sentimental sobre lo racional, lo que podría conducir a cierto «hooliganismo».

e) Emplear argumentos y no insultos. Estos últimos no sirven para convencer al adversario y sí para radicalizarle. ¡Vaya negocio!.

f) Antes de compartir algo, es necesario asegurarse de que es cierto. De lo contrario se podría estar difundiendo una calumnia, lo que podría ser muy grave. También conviene asegurarse de que lo que se va a compartir es actual, porque, si no lo fuese, podría ya haber cambiado. No es necesario compartir todo lo que a uno le llega. Y es muy conveniente seleccionar lo que se va a publicar para no hacer perder el tiempo a los demás.

g) No quedarse con las lamentaciones estériles. Hay quienes se lamentan, pero cuando alguien les habla de soluciones, miran para otro lado o cambian de conversación. Parece que desean que no se resuelvan los problemas para poder seguir lamentándose. En este sentido, llama la atención que muchas personas que enviaban, hasta dar la tabarra, numerosos whatsApp y correos electrónicos denunciando, por ejemplo, el elevado número de coches oficiales o de políticos existentes en España comparado con el de otros países; los derroches de las Autonomías; las «okupaciones» de casas particulares; los impuestos injustos de sucesiones; el supremacismo catalán; la inmigración descontrolada, los atentados y el paro; la indefensión ante los robos en domicilios, chalets o casas de labranza; la indisciplina en los centros escolares; las agresiones de los hijos a sus padres; etc., etc., ahora, durante las campañas electorales, que es cuando convendría insistir, parece que se han olvidado de sus reivindicaciones y se las hubiese tragado la tierra. ¡Absurdo!

Procuremos poner todo lo que esté de nuestra parte, que es mucho, para no tener que lamentarnos después del 26M.

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