España de paz gozaba.
Pero llegó Zapatero
y removió el avispero.
Y al ver a España crispada,
el pueblo se preguntaba:
¿Habrá alguien más crispador?
Y cuando el tiempo pasó,
halló la respuesta viendo
a Pedro Sánchez barriendo
la poca paz que quedó.
* * * * *
Aunque exagere un poco, no le falta razón a Malakatram:
1) Con la Ley de Memoria Histórica, Zapatero, que sólo tenía 15 años cuando murió Franco, se cargó la reconciliación realizada en la Transición (osó enmendar la plana a los políticos, de todos los colores, que la hicieron, con bastante más experiencia y talento que él. Él presumía de talante, pero no tenía ni talento, ni BUEN talante). Y la prepotencia (soberbia?, ignorancia?) de Pedro Sánchez es aún mayor, pues nació en febrero del 72 (¡cómo se atreve a darnos lecciones a los que sí vivimos las estupendas décadas de los sesenta y setenta!)
2) Mediante el feminismo radical (ista, ista, ista, Zapatero es feminista) se viene enfrentando a mujeres contra hombres, cuando todos sabemos que hay hombres malos, pero también hombres muy buenos; y lo mismo sucede con las mujeres.
3) Recordarán que recién estrenado el 155, los separatistas se volvieron más suaves que la seda (lo del referéndum y demás había sido algo así como una broma, decían), pero al comprobar cómo Sánchez, entre otras cosas, recibía a Torra con el lazo amarillo, se crecieron de nuevo, y aumentó la crispación entre catalanes.
4) Etc., etc, etc.