I
No anda del todo mal encaminado
Quien de los Políticos poco se fía;
Quien más quien menos tiene la teoría
De que matan el tiempo yendo de un lado
A otro como las cabras en el prado,
Dándole a la sin hueso todo el día,
Y las noches, de juerga en juerga a porfía:
Quien no se sienta aludido, sea alabado;
Generalmente es esta una manía
Que la gente tiene, y el entorchado
Con que adorna a todo este ganado,
Machos y hembras, y, en cierta cuantía,
El género neutro, … acaba, quien se ría,
Siendo, además de cornudo, apaleado.
II
He tenido en mi vida momentos,
Más de los que he querido, atroces;
Hoy, ya viejo, como bestias feroces,
Me acechan todavía estos presentimientos;
La razón se impone con argumentos,
La razón no se impone dando voces,
Razón por la cual, ¡leche!, dando coces,
Nunca han tenido razón los jumentos;
Pero andan por las tertulias, precoces,
Quienes incensando los monumentos
De la mentira, -rancios portavoces
A
De la Izquierda-, dan suelta a sus vientos
Como los galápagos … Sin más arroces:
El Sardá y el Maraña, más atentos
A su oficio de afiladores de hoces,
Mejor que estén … ¡a estos razonamientos!.