No llega al Puigdemont, pues se quedó
Tan solo en el Puig: la tercera parte;
Lo del “demont”, en castellano “de monte”,
Entre las zarzas de su doblez lo perdió;
Sin hacer todavía punto y aparte:
Con su taimado aspecto de bisonte
Y con su peluquín de hebras de azafrán,
Que peina a diario con sumo afán;
Lo lleva en la cara … Su risa de hienas
Lo delata … Al mismo tiempo que devora
Al País Valènçiá, la presa reparte
Entre sus parientes y Prensa a manos llenas:
A los suyos los pone en casa y dora
La píldora a los Medios sin que se coarte;
Hipócrita y mangante, se levanta
Cada día a ver a quien amamanta;
Antes que a nadie se mira a sí mismo,
Y a quienes ensalcen, sea como sea,
Su figura, les suelta una pasta gansa;
Y en aras del más alto altruismo,
Simulando que baila con la más fea,
Pagando con cargo al fisco no se cansa,
Pero triplicando antes su caudal …
¡Joder con el Chimo Puig! … ¡Otro que tal!;
Son los Políticos la mar de amables,
Y a primera vista incluso intachables,
Pero como en el cargo no son estables,
En tiempo récord, … ¡se les cruzan los cables!.