Anda suelto un ser minúsculo,
Que, removiendo la mierda, cobra fama;
Ajeno a todo escrúpulo,
A quien obra bien difama,
Y a quien mal, no solo le otorga músculo,
Sino que también le pone mesa y cama;
Satisfecho de sí mismo,
Está convencido de que da la talla
Siempre, tanto en el abismo
Del mal, que en eso no falla,
Como del bien, donde, sino un sinapismo,
Es, como todos los suyos, morralla;
Si no con gente vulgar
Y gris, alguna que otra vez, es con gente ruin
Con quien comparte, la mar
De contento, el botín;
Y sin más que alabar, ¡pelillos a la mar!:
A mi laudatorio al Évole doy fin …
Confío, no obstante, que no le siente mal,
Si siempre que sale, … ¡cambio de canal!.