Esa convicción que tienen los Rojos,
De que son mejores que los demás,
A lo que huele es a los despojos
Que los dejan que se pudran al ras;
No es que no lo sepan hoy, en la vida
Consta que no lo han sabido jamás;
Pero cuando tienen una subida
De Poder, y pueden meter mano
Al Gobierno, éste va de capa caída;
Una de dos, en román castellano:
O baila al son de sus directrices,
O le dejan sin teclas el piano,
Tal que del Sánchez los días felices,
Que con el amable Iglesias soñaba,
Es un mal sueño lo de comer perdices;
Con su semblante de tonto del haba,
Lo lleva a su casoplón del Guadarrama,
A cenar lo que la Reina de Saba
Cocina, que si algodón en rama
No lo ve, el seguir en la Moncloa
Puede que empiece a ser un drama;
Si este coronavirus que le corroa
Su cama no lo deja, la bicoca
De seguir de Presidente, en una loa
Que lo ha de convertir sabe que le toca,
Y al cielo rayos y al suelo abrojos,
Pues que ya es desgracia, y no poca, …
¡Que nos estén gobernando los Rojos!.