Duele leer la carta. Ella se llama Marta Pérez, es estudiante de Medicina y jugadora profesional de baloncesto.
Su padre, Luis Antonio Pérez, ha muerto por el coronavirus. Tenía 61 años y era médico del Summa madrileño.
«No es un héroe, simplemente decidió dedicarse a los demás y a la medicina».
Y en su pesar, una duda eterna de complicada respuesta: «¿Se habría salvado si le hubieran hecho antes el test del Covid-19?»
Marta ha escrito una carta abierta en su perfil de Twitter en la que narra la dura batalla de su padre contra el coronavirus.
Unas líneas llenas de sentimiento y rabia que muestran a las claras la crueldad de una enfermedad que ya se ha llevado más de 100.000 vidas en Madrid.
«Os voy a contar mi peor pesadilla, cuyo protagonista no es un héroe», comienza Marta, quien nos acerca más a esta figura antes anónima y que ahora está recibiendo homenajes y reconocimiento del personal sanitario de Madrid.
La «pesadilla» empezó el pasado 15 de marzo de 2020.
Hola papá, sabes lo cabezota que soy cuando me propongo algo. Te voy a echar mucho de menos. Quiero ser tú voz, para reivindicar todos los errores y admirar y proteger a quienes te cuidaron. #VoyASerTuVoz pic.twitter.com/VQ1W54Tzdg
— Marta Pérez (@MartaPe14) April 6, 2020
Luis Pérez trabajaba en el ambulatorio HM Hospitales de Alcalá de Henares y por la noche tenía guardia de 12 horas en el Summa.
«Estaba doblando, matándose a trabajar porque desgraciadamente un médico en España no tiene la importancia ni consideración que se merece».
«Él era consciente del riesgo que tenía (era paciente de riesgo) y aún así, solo quería ayudar. Yo le apoyé y estaba muy orgullosade él».
Entonces llegó el contagio, algo que la familia no supo hasta 8-9 días más tarde tras el ingreso hospitalario.
«Porque claro, los políticos son fundamentales y se les debe hacer el test o la serología rápido, pero a los sanitarios les dejamos que se contagien y sin ellos saberlo ni quererlo pues que sigan contagiando a los pacientes…».
No cita a Carmen Calvo, la vicepresidenta de Sánchez a la que le hicieron cuatro test, uno tras otro. Ni a Irene Montero que se saltó todas las listas. Ni al resto de políticos a los que se atendió de inmediato. No los cita, pero se adivina en sus palabras.
Luis Pérez empezó su dura batalla contra el Covid-19 en su casa, aislado para no contagiar a su familia.
El dolor se iba intensificando a medida que los síntomas iban en aumento. Y todo con un pesar grande.
«Algo he hecho mal para infectarme. He fracasado. No puedo ayudar y he arriesgado a mi familia», decía a su hija a través del móvil.
Y empezó a ponerse peor.
«Me ahogo«, decía. Ingresó en el hospital y tras 12 días en la UCI falleció este domingo, 5 de abril de 2020.
«Fue un gran guerrero, luchó cada día (…). Se ha ido en silencio, sin molestar, como él era…».
E insiste Marta en que su padre «no es un héroe»:
«Es un ser humano notable, leal bondadoso, inteligente, listo, protector, cariñoso, agradable, humilde, trabajador, padre, hermano, amigo… Mi padre era un ángel en a tierra. Él era excelencia. Nada malo. Ningún enemigo».
Marta cierra la misiva con su próximo objetivo: «Voy a ser tu voz y la de todos los enfermos que se han ido».
En la carta, Marta Pérez se muestra muy crítica con las «lentas, desastrosas y desorganizadas autoridades expertas» y denuncia a aquellos «malos» que «no te dieron el material de protección, aquellos que te vendieron».
Luis Pérez, tras 30 años como médico en Urgencias y en Summa, deja mujer, tres hijos e infinidad de amigos.