Santiago Rubio Torrente: ¿Y qué ocurrirá después?

Santiago Rubio Torrente: ¿Y qué ocurrirá después?

Pregunta que todos nos hacemos y que hoy en día nadie se atreve a responder. Yo no soy economista, por lo que a lo mejor mi desconocimiento del tema me lleva a ser algo más temerario, pero voy a tratar de poner algo de luz sobre este tema simplemente aplicando la lógica.

Se puede afirmar que, a corto plazo, en gran parte de los sectores las empresas volverán a abrir con más o menos normalidad según vayan levantando el confinamiento. Habrá una falsa sensación de que recuperaremos la normalidad pronto, pero, sin embargo, el veneno ya está inoculado en nuestro sistema económico y es que el día uno después del Covid-19, habrá un sector muy dañado.

Este sector se trata ni más, ni menos que la primera industria nacional, el Turismo. España recibió en 2019, 83,4 millones de visitantes del extranjero, y esta cifra se va a ver reducida desde marzo de 2020 a prácticamente 0.

La circulación global de viajeros va a estar restringida todavía durante bastante tiempo, mientras haya países con brotes activos de coronavirus por miedo a un repunte y mientras no haya una vacuna. Mientras tanto, nuestro sector turístico no podrá mantenerse únicamente con el mercado interior, lo que supondrá cientos de miles de despedidos.

Las crisis económicas empiezan siempre afectando a un sector y poco a poco, como piezas de domino, según se incrementa el número de parados y desciende el consumo y la confianza en la economía, termina afectando al resto de sectores productivos, tal como ocurrió con la construcción en el año 2008. Y si no se toman las medidas adecuadas la crisis puede ser bastante más grave que la crisis del 2008 por dos razones:

  • En primer lugar, el peso del turismo en relación con el PIB es superior al de la construcción en 2008. El turismo hoy en día representa un 13% del PIB y la construcción en 2008 suponía “únicamente” un 9%.
  • En segundo lugar; el nivel de endeudamiento es muy superior. Hemos pasado del 60% del PIB en 2008 al 115%, aproximadamente, incluyendo las medidas que se han tomado contra el Coronavirus hasta el momento. Eso supone, básicamente, que no tenemos riñones para aguantar otra crisis a base de emitir deuda. Esto desembocaría, sin duda, en la bancarrota del estado.

La buena noticia sería que si identificamos pronto el problema se pueden tomar medidas paliativas para reducir los daños. Parece claro que el objetivo es detener el veneno antes de que invada el resto del cuerpo y para ello hay que cortar la sangría de empleos en este sector.

Como ejemplo de medidas adoptar yo plantearía, sin ser un experto, el fomento del consumo interno, posiblemente con algún plan tipo Imserso ampliado, fomentar el turismo de congresos, invertir en promoción turística en países que hayan pasado el brote, reconversión de algunos hoteles en residencias teniendo en cuenta el envejecimiento de la población, etc…

Nosotros, como consumidores, también tenemos en nuestra mano poner nuestro grano de arena, limitando los viajes al extranjero y pasando nuestras vacaciones en nuestro país . Por el bien de todos, debemos pasar del yo me quedo en casa al yo me quedo en España.

El turismo nos ha dado mucho, y lo volverá a hacer sin duda, pero ahora tenemos que cuidarlo para que mañana vuelva a ser un motor económico fuerte que se ponga al frente de la recuperación.

Santiago Rubio Torrente
Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos.

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