Cristina Montero-Loyola

Cristina Montero-Loyola: «La enfermedad que no tenía impidió que lo trataran y me lo arrebató sin derecho a entierro»

«Si estamos ante una sociedad que acepta este trato hacia los enfermos, nos encontramos realmente solos, más allá del confinamiento temporal»

Cristina Montero-Loyola: "La enfermedad que no tenía impidió que lo trataran y me lo arrebató sin derecho a entierro"

La realidad del Covid-19 ha permitido disculpar situaciones límite que requieren una profunda reflexión acerca de los valores de una sociedad permisible a la deshumanizacion y que, actuando de este modo, la tolera.

El jueves 26 de marzo mi padre comenzó a quejarse de dolor estomacal y el al día siguiente refirió décimas de fiebre.

El mismo viernes llamé a su hospital de referencia, donde me advirtieron por vía telefónica que no acudiéramos bajo ningún concepto allí debido al riesgo de contagio y al entender que no estaba afectado por coronavirus.

Me indicaron que siguiéramos únicamente pautas sintomáticas. Al día siguiente, llamé al servicio de asistencia domiciliaria.

Me devolvió la llamada un médico, quien me indicó también que no debíamos acudir al hospital, ya que solo estaban atendiendo a enfermos por coronavirus.

Ante el empeoramiento del estado de salud de mi padre llamé, hasta en diez ocasiones, al teléfono 061. El domingo falleció.

La enfermedad por coronavirus que no tenía y que me impidió que lo trataran luego me lo arrebató sin derecho a ninguna despedida ni entierro.

Solo sé que tardó cuatro días en ser incinerado sin autopsia.

Tampoco sé donde estuvo durante ese tiempo.

Si estamos ante una sociedad que acepta este trato hacia los enfermos, nos encontramos realmente solos, más allá del confinamiento temporal, sin un ápice de ética y moral.

Cristina Pía Montero-Loyola Rodríguez

Madrid

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