I
Sí, usted, señor Marlaska,
Que dicen que fue un buen Juez,
De Ministro, cada vez
Que sin venir a qué, casca,
¡Joder, como huele a hez!;
También usted tiene suma
Cum laude en lo que rezuma
El clavel o el alhelí,
Que es lo que da de sí
Hacer a pelo y a pluma;
Me explico: ante el aviso
De un escrache al Coleta
En la mansión de este jeta,
A que lo hagan remiso,
Pierde el culo, ¡qué puñeta!;
De haber sido al Casado,
O al Abascal, que a otro lado
Hubiera mirado fijo,
Pues siendo uno y otro un pijo,
Se lo tendrían ganado;
De su abundancia otro cuerno:
En una cacerolada
En Moratalaz, que cada
Tarde hacen contra el Gobierno,
En esta desescalada,
Con la cabeza abierta uno,
Y detenidos, ninguno;
De criarse en sus ejidos
El herido, detenidos
Desde luego más de uno;
Señor Marlaska, primero
Juez, según dicen certero,
Hoy, como Ministro, cero,
Pues en la testa el trasero …
¡Se le está viendo el plumero!.
II
El tal Otegi, además de un Rojo,
Que es lo peor que uno puede ser,
Es torpe, pues no ha llegado a entender
Que el Sánchez, palabra que da, ¡ojo!,
No la cumple, es sólo un antojo;
Dan fe la Sexta, el País y la Ser,
Que no pactaría con Bildu, … ¡y a ver
Que ha hecho, sin el menor sonrojo!;
Con su variable modus operandi,
Más que las hechuras de un Presidente,
Las que tiene y más con las de un dandi,
Que, por seguir en el cargo, no siente
Vergüenza alguna pactando con gente,
Que, si fuera español, … ¡odiaría hasta a Ghandi!.