Desde que a Pedro el trola le rechazaron sus propios compañeros de partido y le cesaron de su cargo, observé que apretó los puños y los labios y pensó: os vais a enterar. Y a ello añadió: utilizaré cualquier método, lícito o ilícito, pero conseguiré el poder y lo mantendré de forma ilimitada.
Desde entonces nos dirigíamos al totalitarismo, sea cual fuere el modelo elegido, Hitler, Stalin, Castro, Chávez, etc. Este señor no tiene preferencias ni escrúpulos y cualquiera de estos modelos le sirve. Toda su obsesión y su ansia es el poder y utilizará todos los recursos que pueda, por sucios e indignos que resulten, para conseguir este objetivo y perpetuarse en él. Ya estamos en el totalitarismo y el golpe de estado ha sido cruento, más de 40.000 muertos.
Una vez conseguido el poder, se trata de mantenerlo y lo utiliza a fin de tener bajo su absoluto dominio las Instituciones Estatales, la Justicia, las Fuerzas Armadas, la Enseñanza, los Medios de Comunicación y hasta los Borregos para lanzarles a la calle y abuchear a cualquiera que defienda España y el orden social. Pero no solo es el Presidente el tirano, también el resto del gobierno, pues si algunos de sus miembros tuviera un mínimo de dignidad, daría un golpe en la mesa para decir: hasta aquí hemos llegado; yo no quiero ser más cómplice de esta ignominia.
En la dictadura que sufrimos, el gobierno hace de gobierno y oposición. Se toma la facultad de criticar, amedrentar, acusar, insultar y pisotear a una oposición “blandita” que, por miedo a eso de que me dirán, no se atreve a exigir una gobernanza decente, una explicación a sus atropellos e ilegalidades, denunciar sus interminables mentiras… En cualquier país del mundo, una sola de las muchas mentiras de Pedro el falso, hubiera supuesto su destitución.
Pero no os preocupéis que este tipo se hará anciano en La Moncloa, pues las apesebradas TVs (la droga del pueblo) y algunos medios escritos, callarán sus canalladas y eso servirá a los borregos para entender que no existen.
