De los Políticos poca gente se fía,
Y si además son Rojos menos todavía:
La pena es que de éstos hay demasiados;
Después de oírlos, si los aguantas, mi suegro
Me decía: acabas como en un sermón el negro:
Con la cabeza caliente y los pies helados;
No es que sean malas personas, todos no son,
Pero mucha morralla y poco jamón;
Esta misma gente, cuando se mete en casa,
Y de la Política hacen tabla rasa,
Como el camaleón, pasan del negro al blanco;
Son gente normal, educada y sincera,
Capaz de ayudar a su esposa a dar cera,
Y reconocer que algo bueno hizo Franco;
En Política, si un Rojo es una arpía,
En su casa, un animal de compañía;
Ya en este punto, tenemos un ejemplo,
Entre otros muchos, con más luces que un templo
En Nochebuena, que parece el mediodía;
Llega a su casoplón, besa a sus hijos y esposa,
Se echa en la cama, … ¡y a otra cosa, mariposa!,
Porque ya ha conseguido lo que quería …
Mañana, cuando vuelva al Congreso y suba
A despotricar, … ¡más Rojo y peor mala uva!.