¡ANGELITOS ROJOS!

¡ANGELITOS ROJOS!

I

Si yo tuviera el pasado

Del Iglesias, y fuera ateo, seguro

Que me hubiera ahorcado,

O, arrepentido, dado

A lo de su apellido, mi futuro

En algún convento lo habría labrado;

 

Lo que este elemento ha hecho,

Criado en la pocilga de la revancha,

Con material de deshecho,

Con saña, es sacar pecho

En la Política, dónde tiene manga ancha

Para injuriar y provocar sin techo;

 

Desde aquello de “sal viva”,

Hasta lo de, con ira y sorna, “Marquesa”,

Libre y sin pagar iva,

Ha ido a la deriva,                                                                                                           ,

Con una prosa cada día más gruesa,

Poniendo la Política patas arriba;

 

Del modo cómo de obrero

Ha mutado a modelo de la casta,

Si el Sánchez bajo cero,

No se encela y el sendero

Le corta, dormirá en la Moncloa hasta

Que él a su casoplón le ponga algún pero;

 

En esto su hipocresía,

Tal y como el mundo es un pañuelo,

No oculta la energía

Que pone en su manía,

Tenaz por asaltar del Poder el cielo,

Y mandar al Sánchez … ¡a cagar a la vía!.

II

La Izquierda, porque no la tiene, defiende

Sus mentiras como si fueran verdad,

Con tal brío que piensan que la duda ofende;

 

Como Hermanitas de la Caridad,

Desde luego, no; sobre todo el Marañas

Y la Angélica, con tal fogosidad,

 

Que, cuando les airean sus artimañas,

Inda, Marhuenda o Claver, les siegan el viento,

Afilando sus lenguas como guadañas;

 

Que en la verdad tiene su aposento

La educación, es de catecismo,

Del que parece escaso su conocimiento;

 

Cierro la Tele, y aunque ahora mismo

Va siendo la hora de irse a la cama,

Tardo… Con la zurra de tanto Rojerismo,

Soñar con los angelitos … ¡es un drama!.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

Salvador Monzó Romero

Salvador Monzó Romero cuenta la feria según le ha ido y según le va, siempre ante la pantalla de la Televisión, reivindicando desde su sillón-bol, un tanto escorado a la derecha, su derecho a la crítica mordaz y ácida, pero con carácter moralizante.

Lo más leído