La principal argucia que utiliza el doctor Sanchezstein para salir sin mancha de sus numerosas evidencias de incompetencia o mala fe, es precisamente el olvido. ¿Quién recuerda ahora sus muchas muestras de negligencia o perversión en el tiempo que lleva de okupa de La Moncloa? Desde su bodrio de tesis doctoral, pasando por la agencia de colocación de amigos, y hasta de su propia esposa, la profanación de tumbas, cientos de promesas incumplidas, como aquella de “jamás pactaré con Bildu”, o “Pablo Iglesias en el gobierno no me dejaría dormir”, moción de censura con pactos indignos, desidia ante graves problemas -como el Covid-19- sin importarle las terribles consecuencias para el pueblo, caso Ábalos, tan grave y tan reciente pero ya tapado, trapicheos indecentes en la compra de material sanitario, el abandono por parte de su vicepresidente a las residencias de ancianos -tan castigadas en esta pandemia-, el recuento malicioso e interesado de los fallecidos, etc., etc.
Sánchez ha tardado muy poco tiempo en superar con creces la conducta cesarista, endogámica y de nepotismo que censuraba a los líderes de los demás partidos, dejando tras de sí una estela de agravios, venganzas y favoritismo que empieza a ser cuestionada ya hasta en sectores del PSOE. Ha tomado el control –para su servicio- de las instituciones que le interesan, fuerzas de seguridad, justicia, CNI, CIS, educación, medios de información, etc. Por ello es preciso que yo muestre mi admiración, agradecimiento y modesto homenaje a la Juez Carmen Rodríguez-Medel por su valentía de hacer frente a esta mafia de gobierno que tenemos. Igual para los demás servidores del Estado que priorizaron sus principios y su deber, a la sumisión cobarde a estos sátrapas (Guardia Civil, Militares, Policías, Funcionarios, etc.).
El PSOE de Sánchez y sus borregos bombardean con actuaciones de descrédito a todo aquel que no se avenga a sus ideas y deseos, acosándole con términos como facha, fomenta el odio, busca un golpe de estado, es un radical, etc. Pero debemos taparnos los oídos a las palabras necias de estos señores y seguir recordando todas sus fechorías. Y, si es posible, tomar ejemplo de la Asociación Española de Afectados y Víctimas del Covid-19, que ha denunciado a Sánchez al Tribunal de la Haya, (la Corte Penal Internacional), por un presunto delito de lesa humanidad.