Condenado a estar con las piernas en alto, así las tengo,
Aunque para mis dolores con muy poco consuelo;
Y qué decir si en el panorama me detengo,
Un poco, del Gobierno que tenemos, ¡santo cielo!,
Pues nunca logro salir de la duda que mantengo:
¿Realmente nos gobierna, o está tomándonos el pelo?;
Tengo la sensación de que es un barco a la deriva,
Que nos está poniendo España patas arriba;
Mutado el Presidente en Capitán de un Crucero,
Y en el timón, poniendo rumbo, un Polizonte,
Un anochecer con música del Porom-pom-pero,
Y un amanecer con lo de la cabra tira al monte …
El Sánchez: Ruta a las Calderas de Pedro Botero,
Y el Iglesias, que todo el monte es orégano, ponte:
Con uno, porque se hunde el barco, pidiendo auxilio;
Con el otro, para comer, cola en su domicilio;
Compañeros del alma en esta travesía,
Solo en apariencia; en el fondo hay una porfía
A muerte, entre la hipócrita palabrería
Del Capitán … ¡y del Polizonte de Compañía!.