Me parece que la importancia que tiene para la juventud española el cese de la Señora Álvarez de Toledo ha pasado completamente desapercibido.
Es un ejemplo de valentía, capacidad, formación, intelecto y valía. Una política que vive para la política y no de ella ya es un caso digno de admiración.
Cervantes decía que donde reina la envidia no puede vivir la virtud, ni donde hay escasez de liberalidad. Su cese se debe a ello, pues bien saben ustedes que en los partidos políticos reina la envidia y el sometimiento.
Esto hace que los mediocres copen los puestos más relevantes y que estos quieran rodearse de gente aún más mediocre que ellos y que además se lo deban todo.
Así se obtiene fidelidad y lo más importante para un líder vulgar: pocos lograrán hacerle sombra.
Quiero darle las gracias por su trabajo a España. Además recalcar que usted hace más por el “feminismo” que todas las parlamentarias del PSOE y Podemos juntas, pues todas están sometidas a su líder y usted ha demostrado que a nadie.