Este país de los confines del mundo ha hecho noticias hace un año con manifestaciones masivas de 1.200.000 personas en la calle, las que desencadenaron horribles destrozos en el metro de la capital. El país se ha vanagloriado de su desarrollo pero acusa una dramática desigualdad social. Tan grave fue esta crisis social que, por unanimidad, los políticos acordaron convocar a un plebiscito para cambiar la constitución de Pinochet El coronavirus interrumpió todo este proceso postergándolo para el próximo mes de octubre. Hasta la fecha, el asistencialismo del Estado no ha alcanzado frenar la violencia anarquista ni la delincuencia tampoco los atentados incendiarios de los extremistas indígenas. A pesar de las limitaciones impuestas por la pandemia el reclamo social obligó los sistemas de pensiones a desbloquear el 10 % de los ahorros individuales para suplir a las urgencias económicas. Entretanto las cifras de contagiados y de muertes siguen superando las de muchos otros países latinoamericanos.
En este contexto de crisis ocurrieron dos fenómenos sociales que llaman la atención por mantenerse fuera del ajetreo político. El primero es la realización de la campaña televisiva de solidaridad “ nacional de la “Teletón” que celebraba su 30º versión en diciembre 2019 pero que se postergó para el 3-4 de abril 2020.. Don Mario Kreutzbeger, conocido como Don Francisco es el creador e tradicional animador de la fundación que atiende en todo lo largo del país a niños con deficiencia motriz. Fue él que desafió el país a cumplir esta tradicional solidaridad. A pesar de lo difícil de la situación socio-económica convocó al país para reunir un máximo de fondos para el funcionamiento de esos 13 institutos de rehabilitación. Encontró la colaboración de los Medios y de los Bancos para realizarlas las 48 horas de programa televiso pero no se pudo, este año, contar con artistas internacionales. Inesperadamente se reunió una suma equivalente a 47.500.000 euros superando la meta del año anterior.
Para el próximo mes, Chile está preparando la realización del plebiscito para cambiar la Constitución. No se quiso postergar más allá de octubre 2020 porque antes correspondían las celebraciones populares de la fiesta nacional. En medio de muchas frustraciones por las restricciones sanitarias surgió de manera inesperada una proposición de Don Francisco para realizar otra campaña nacional de solidaridad y esta vez a favor de los mayores de la tercera edad que viven un abandono agravado por el confinamiento. Su iniciativa encontró la oportunidad de la Universidad católica de Santiago que tenía un proyecto en curso para prestar asistencia a los ancianos y esto en relación con los municipios del país. El prestigio de Don Francisco silenció muchas dudas por la repetición de una campaña de este tipo, de la priorización de los beneficiarios de esta campaña, de lo difícil de la situación económica que vivía las poblaciones del país, por las dudas del apoyo de las empresas y también de la misma participación de la Iglesia católica que había quedado en problema por los abusos del clero, la mal lograda visita del Papa, los malos nombramientos de obispos…, también era de considerar el sentir de la población evangélica al respecto. Con el entusiasmo tradicional de su gestor, el voluntariado de los animadores televisos y de muchos artistas que actuaron desde su casa, con la presentación en “zoom” de un numeroso público de todas las regiones del país se logró un buen resultado. Si no se logró la meta deseada, a pesar de todo se alcanzó reunir cómo 20.000.000 euros. Con esto se podrá dar seguimiento y asistencia integral a 15 o 20.000 de los más ancianos en coordinación con los municipios de todo el país
Este evento y su resultado llaman la atención por un país que vive una crisis social explosiva y una política venida en menos. Esta solidaridad repetitiva aporta unos matices especiales para el próximo plebiscito que se propone cambiar la constitución. Esta insólita iniciativa en tiempo de pandemia pone en evidencia varios problemas actuales. El primero es el número creciente de las personas de la tercera y cuarta edad. Lo otro es la convergencia posible del público en general con las empresas para innovar atenciones sociales necesarias. Otra perspectiva importante es la descentralización de la gestión de la asistencial estatal. Otras son : la generosidad del mundo artístico y de los comunicadores sociales, la genialidad de las nuevas tecnologías, las redes sociales… el posicionamiento de una instancia religiosa que integra la caridad cristiana en la solidaridad ciudadana.
Chile ha llamado la atención mundial de munchas maneras pero en esta oportunidad se destaca su testimonio de solidaridad nacional.