Cuando era un chiquillo recuerdo que mi abuelo me contaba el desastre de la II República Española y el caos que imperaba en aquella época. Cuando estuvo en el frente republicano durante la guerra civil española, me decía que no había orden ni concierto.
Siempre recordaré el detalle de que el material que recibieron desde Rusia eran fusiles oxidados que prácticamente no funcionaban. Franco gano la guerra y durante 40 años se vivió una dictadura. Lógicamente muchos se exiliaron y otros perecieron. A la muerte de Franco, y gracias a los políticos que en aquel momento se reunieron y buscaron consenso de verdad, se confeccionó y se elaboró la Constitución de 1978 que fue votada por la mayoría de los Españoles en aquel momento. Hay que decir que una constitución no es necesario votarla periódicamente, el mecanismo de los cambios que puedan efectuarse están contemplados en la misma. La Constitución española en su «Título II. De la Corona», puede leerse que el Rey es el Jefe del Estado.
Muchos quisieran anular esta Constitución para crear otra diferente que se ajustara a su modo de pensamiento. Claro que para ello sería necesario tener los diputados necesarios para hacer estos cambios de calado. Al no tenerlos hay un objetivo primordial para acortar o hacer fácil este camino: Que el Rey abdique. Entonces se proclamaría la III República. Para que el Rey abdique hay que minarle haciéndole constantemente crítica, e intentando impedir que hable. Es evidente que Felipe VI da estabilidad a este país. La Constitución del 78 ha sido una ley suprema que ha traído muchas ventajas. Intentar pasar por encima de esta Constitución haciendo lo imposible para que el Rey abdique y así proclamar la III República, me da la impresión de que no sólo no progresaríamos sino que habría una involución, considerando que son las mismas cabezas ideológicas que fomentaron el desastre de la II República.
Personalmente no viví la II República, pero a tenor de lo que me contaba mi abuelo no quisiera ni de lejos una III República con los políticos que la aclaman actualmente. ¡¡Que Dios nos libre!!
Por tanto creo que el Rey debe permanecer y ejercer sus funciones a pesar de aquellos que jurando su cargo ante su presencia, luego le quieren traicionar (cualquiera se fía de ellos).