El Gobierno es una mina,
Sin que nadie que entre en ella,
No acabe siendo una estrella,
Que con su luz contamina
Allí donde deja huella;
Sus Ministros y Ministras
Son como unas largas ristras
De chorizos y morcillas,
Que verlas, o te mancillas,
O un cierto hartazgo registras;
Nadie de esa mina sale,
Mulo o yegua sin brida,
Con más o menos medida,
Sin un caudal que le vale
Para el resto de su vida;
Formar parte del Gobierno,
Ya es sentir ab eterno,
Que le ha crecido en la frente,
Por azar y de repente,
De la abundancia el cuerno;
Sin casi abrir la boca,
O mintiendo a porfía,
Se ponen tan de orgía,
Como cuando a uno le toca
El Gordo en la Lotería;
Y todo a cambio, o bien
De no hacer nada o también
De hacer algo y tan mal,
Que dejan un rastro tal,
Que huelen fatal… Amén.