Usted, señor Iglesias, me tiene el seso fundido:
O cual la paloma de Alberti estoy equivocado,
O en Historia de España usted está confundido;
A usted, lo que sabe se su abuelo, se lo han contado,
Pues no había nacido; yo ya tenía ochos años,
No me lo han contado, lo viví y no lo he olvidado;
Que pretenda curar los hematomas que sufro con paños
Calientes, está pinchando inútilmente en hueso;
De esa escalera de cuentos chinos subir los peldaños,
No intente usted obstinadamente dármelas con queso,
Que sus cabras ya hace tiempo que las eché al monte:
Así que no me venga con datos más falsos que el beso
De Judas; subirse al Barco de la Historia, de polizonte,
Y de sus ancestros tergiversar su triste memoria,
Negro de abismo pinta en España nuestro horizonte;
Lo de usted en Al Rojo Vivo dándole a la noria
De la Memoria Histórica fue de Misa Mayor;
Asumiendo el rito del cardenal Osorio, el Gloria
Entendió que los fieles lo cantaban en su honor,
Y no le dolieron prendas en inciensar los altares
De su abuelo y de su padre, patronos del Buen Amor;
De la Ética juntando las aguas de todos los mares,
Dio fin a la ceremonia, con el hisopo en la izquierda,
Aspergiando el agua bendita por todos los lugares
Por donde la gente huía … ¡porque le olía a mierda!.
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