¡UN MÍNIMUM!

¡UN MÍNIMUM!

 

El bienestar de la gente y el progreso

De la Nación, que es lo que el Gobierno

Tiene que procurar ante y sobre todo,

Con el que tenemos han perdido peso,

Y han sido sustituidos por el Cuerno

De la Igualdad … Con lo cual, a mi modo

De ver, como ésta es tierra mal arada,

Nuestro Gobierno no sirve para nada;

 

Y ya el colmo: crear un Ministerio,

Y dejarlo en manos de una inepta,

Tan solo para decir gilipolleces,

Y no hacer nada de provecho, en serio:

Es gilipollas quien tal Gobierno acepta …

Y a la Virgen cirios y a la mar peces;

Con lo de la Igualdad de Género pasa

Que nuestra fe en el Gobierno es tabla rasa,

 

Porque cuatrocientos cincuenta millones,

Que esta Ministra se los gaste en pipas,

Mientras mucha gente se muere de hambre,

Sí, señora Irene, … ¡manda cojones!;

Que en tanto su recua se llena las tripas,

Los sin recursos sienten cada calambre,

Por tenerlas vacías, que lo de Igual-da,

Para ellos es ¡na!, … ¡y para usted el maná!;

 

Pero usted es un simple peón; el mal

Viene de quien, su aseo personal,

En un Gobierno de pocilga y de corral,

Es necesariamente lo primordial,

Sin tener en cuenta que es esencial,

¡Coño!, …. ¡un mínimum de higiene moral!.

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Autor

Salvador Monzó Romero

Salvador Monzó Romero cuenta la feria según le ha ido y según le va, siempre ante la pantalla de la Televisión, reivindicando desde su sillón-bol, un tanto escorado a la derecha, su derecho a la crítica mordaz y ácida, pero con carácter moralizante.

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