1
Las Ministras, que yo sepa,
Ninguna ha sido acusada
De meter mano en le caja
Hasta ahora, pero trepa
Por los Medios la infiel hada,
Que ha roto la baraja:
Dos de ellas, si no dentro
Del Juzgado, va de vero
Que están casi en el centro:
La Calvo y la Montero,
Que tendrán que rendir cuentas
De su pare en las Cuentas
De los Eres … Las imprentas,
Las antenas y herramientas
De la Tele están atentas
Que no piquen las pimientas,
Con las que, con vestimentas
De hacendosas sirvientas
Del Chaves y del Griñán,
Les guisaron el faisán.
2
Quien pintó a su gente en blanco y negro,
Más negro que blanco, fue Víctor Hugo;
En este País, sacándole jugo
Al azabache, hay cada besugo,
Que si no el Gordo, nos toca el reintegro;
Un ágil paseo por el mercado
Del Gobierno, y vemos sin candado
Las puertas, porque todo el pescado
De sus mentiras, pesado y tasado,
No lo han vendido, … ¡lo han regalado!.
3
Ahora resulta que Cataluña no es un problema,
Dixit Ábalos, homo sapiens, después que el enema,
Que se ha puesto en el seso, le ha hecho efecto;
La diarrea mental le ha sido tan copiosa,
Que, además de marchitársele, ¡coño!, la rosa,
Que lucía en el ojal, se le ha vaciado el intelecto;
Esperar algo lógico de este mastodonte
Es perder el tiempo, … ¡pues las cabras tiran al monte!.