Sean de oído flacos,
O bien demasiado gordos,
Pero más negros que tordos,
En cualquier caso, opacos,
Es un Gobierno de Sordos
El que hoy hay en España;
Lo que les priva es su maña,
Cuando le dan a la húmeda,
Irse por los Cerros de Úbeda,
Les den o no les den caña;
No hay Ministro ni Ministra,
Que a la pregunta que hacen
Quienes saben lo que hacen,
El silencio no administra,
Pues no saben dónde pacen;
Como lagarto en letargo,
Siempre que le sabe amargo
Y no le suena a fiesta,
No sabe o no contesta,
Pues en ello le va el cargo;
Sea a quien se le pregunta
Del Gobierno miembro o miembra,
Bien dicho macho o hembra,
Lo que hace es meter la yunta
Solamente en su siembra;
Y venga o no al caso,
De lo que encuentra a su paso,
Recoge y hace cosecha:
¡Evitar ponerle fecha
A su próximo fracaso!.
Sabemos que la sordera
Ha sido la sementera
De música que libera,
Y de qué sabia manera,
De cualquier torpe quimera;
La de estos o estas quisiera,
Quien pegunta que no fuera
Sólo una vez siquiera,
Una respuesta hortera:
¡El Cuento de la Lechera!.