David G.: Árboles y nueces: La batasunización de España

Nueces
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Cuando llegué a Madrid procedente de un pueblo de Vizcaya, hace tan sólo unos años, me sentí feliz al comprobar la libertad y la ausencia de odio que se respiraba al pasear por sus calles y barrios o al hablar con sus gentes, caracterizadas por su talante abierto y hospitalario.

Desde que llegaron Sánchez y sus socios al poder, estamos viendo la extensión del violento modus operandi de los nacionalistas vascos al resto de España con la consecuente pérdida de libertades y derechos de la ciudadanía. Se trata de la imposición del pensamiento único y la destrucción de la pluralidad política, mediante la inoculación de odio y persiguiendo, acorralando, marginando, purgando, chantajeando, amenazando y agrediendo al disidente para silenciar su voz.

La progresiva batasunización de la política en España o la política del odio, se ha generalizado desde las últimas elecciones andaluzas, con aquella antidemocrática y totalitaria declaración de “alerta antifascista” realizada por Pablo Iglesias en diciembre de 2018 al no ser los resultados de su agrado, y la hemos visto anterior y posteriormente en otros lugares de nuestra geografía, siendo el último episodio, el vivido en Vallecas en el acto de presentación de Vox para las elecciones de la Comunidad de Madrid.

El pasado 7 de abril, Psoe, Podemos y Más Madrid firmaron un comunicado llamando a los “antifascistas” para sabotear el acto de una formación política, comunicado que busca amedrentar al disidente, sus simpatizantes o a todo aquel que simplemente mostrase un interés por acudir a un acto electoral para informarse, llevado a cabo por una parte de la izquierda aborregada, violenta y con frecuencia apesebrada.

Si graves son los hechos, que dañan nuestra imagen como país en todo el mundo y atentan contra las libertades constitucionalmente reconocidas, más graves aún son las justificaciones y equidistancias que hemos visto como reacción a los hechos acontecidos por parte de las diferentes formaciones políticas a excepción del PP.

Estas equidistancias, con las que se criminaliza a las víctimas y se trata de igualar al agresor y al agredido, ha sido la forma de actuar durante décadas del PNV, la política de recoger las nueces de la violencia promovida por la banda terrorista Eta. Así Gabilondo, con sus declaraciones, está actuando exactamente en los mismos términos para tratar de sacar réditos electorales, como ha hecho siempre miserablemente el partido de los seguidores de Sabino Arana.

Con estas justificaciones, equidistancias y en otros casos silencios, se pretende normalizar el uso de la violencia para silenciar, perseguir y subyugar a la mitad de la población, propio de los regímenes más abyectos. Peor aún, es que se trata de la primera vez en muchos años que la política del árbol y las nueces se está produciendo y fomentando desde el propio Gobierno de España, que en teoría es el que tendría que garantizar el libre ejercicio de nuestros derechos y libertades.

Es imprescindible que preservemos ese espacio cívico de libertad y sin odios que observé cuando llegué a Madrid y que ahora veo alarmado seriamente amenazado. No se puede tolerar ni a los violentos ni a quienes los justifican. ¡Madrid es libertad!

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