I
La Iglesia, ¡faltaría más!, reitera
La absolución como consecuencia de una
Confesión previa y, sin duda alguna,
El propósito de enmienda sincera;
Políticamente, de esta manera
Se ha pronunciado como Fuenteovejuna,
La Conferencia Episcopal, por fortuna,
Izando siempre del perdón la bandera;
El Sánchez, con toda su tropa, aúna
Perdón y absolución como si fuera
El indulto otro máster que le cayera
¡Sí!, del cielo, quedándose a la Luna
De Valencia, al creer, ateo de cuna,
Que la Iglesia … ¡absuelve su vil quimera!.
II
Para ofrendar nuevas glorias a España,
Ahora viene a Madrid un valenciano,
Con ínsulas políticas de secano,
Solo a la Derecha a darle caña,
Cada Sesión de Control con que amaña
El Gobierno para darnos por el ano,
Y de paso a éste darle una mano
De apremios, que a su reputación no daña;
El Baldoví, sin más teclas en su piano,
Siempre que lo toca, de su mala saña
Suena el himno, y él mismo se engaña,
Pues a Madrid se viene, -un paisano
Se lo dice, que aquí tiene su cabaña-,
A hacer Política, … ¡no a ser un marrano!.