Van a peor: cada día
Que pasa, más varapalos
Por fuera sin intervalos;
Y por dentro más porfía,
Que asumen como regalos,
Echándose a la cabeza
Los trastos con tal destreza,
Que los insultos en loa
Convierten en la Moncloa,
Como un fracaso en proeza;
Siendo suya la patente
De tergiversar las cosas,
Allí donde huele a fosas,
La Izquierda son una gente
Que dice que huele a rosas;
Hogar de listos y listas,
Y escuela de alquimistas,
Que mutan la escoria en oro,
Más bien lo que son, ¡al loro!,
Asiduos masoquistas;
No hay día, ni hay hora,
Ni siquiera un minuto,
Que, siendo día de luto,
Al Rosario de la Aurora
Que no le rindan tributo;
Pues en la Izquierda es normal,
-Dice el refrán que no hay mal
Que por bien no venga-, que,
Todos sabemos porque,
Que son gente de corral;
Terca la mula, y el mulo
Más tenaz sin disimulo,
Con ser solo un cachirulo
Ella, y él un lame-culo,
Lo que oyen no es un bulo:
Anda y que les den … ¡?!