1
La historia, señor Fortes, que usted cuenta,
Se la han contado, o la ha leído;
Yo, ni lo uno ni lo otro, la he vivido,
Y no es, desde luego, como usted la inventa,
Poniéndole falsos nombre y apellido …
Le va más a usted, y sin ningún pero,
Que vuelva a su oficio de … ¡lechero!.
2
Otro tanto para usted, señor del Pino,
Porque, falto del más mínimo pudor,
Le ha dado pantalla a un juez prevaricador,
Para hablar de todo lo humano y divino,
Cuando por no tener, no tiene ni honor …
Es la suya una actitud tan patética,
Que no le iría mal … ¡alguna lección de ética!.
3
Usted, el Iñaqui, es de piñón fijo,
Pues sacia su sed con vino peleón,
Que, rebajado con agua de botijo,
Ni es vino ni es agua, pero mola un montón;
Le van la obtusa Almeida y Bono … ¡el pijo!.
Saltarse el guion, masoquista adicto al potro,
La cuesta un huevo … ¡y la yema del otro!.
4
Y usted, señor Ferreras, hiel de hipopótamo
Asada al Rojo Vivo en la Izquierda,
Cada vez que abre la boca nos recuerda
Que su pantalla es un inmenso sótano,
Cuando no de abrojos, lleno de mierda …
Por más que al PP y a VOX se lo endilga,
Es su PSOE … ¡el que huele a pocilga!.
5
De estos cuatro muleros Dios nos guarde,
¡leche!, que alguno sea nuestro marido,
Porque, como el horno está que arde,
Resulta tan asqueroso su lamido
De culo, que fijo que llegamos tarde,
Si esperamos que alguien de a torcer el brazo,
Mientras le siga el Amo … ¡llenando el cazo!.