Le tiene cerradas las puertas al seso,
De tal modo que siempre que abre la boca,
Es para llenarse de gloria y nos toca
Aguantar de su insolencia el peso;
Sin excepción, siempre que da un beso,
Se lo da, como en el Juego de la Oca,
A sus dados, pues siempre ¡me toca!,
Y perder la vez sería dar con hueso;
Le da lo mismo doña Juana la Loca,
Que Felipe el Hermoso, como el Expreso
De Cataluña o del País Vasco la poca
Vergüenza, arrastrándose como una foca
Para llevárselo cada vez más grueso …
Vaya con el Sánchez, … ¡menuda bicoca!.