No sé si está en sus cabales la Irene:
Su sectarismo es de tal calibre,
Que de preguntarle algo Dios nos libre,
Pues la moza tan pocas luces tiene,
Que lo que nos responde, a qué viene
No se sabe, salvo para que le vibre
A uno el seso, se desequilibre
Y por sondar lo que no debe, … ¡pene!;
Si de respuesta para una pregunta
Carece, o se va por los cerros de Úbeda,
O le pone a uno los pelos de punta,
Pues, dándole sin tregua a la húmeda,
De tal guisa a su necedad junta,
Tan joven aún, … ¡su facha de difunta!.