No hay que ser un lince
Para ver lo que se nos viene encima;
No es un simple esguince,
Sino más bien el ince-
sante tiempo que el Sánchez nos da grima,
Si, contado en meses, son más de quince;
Si sigue en la Moncloa,
Transcurrido ese tiempo, fijo vea-
mos que la gente roa
Tachuelas, porque sea
Su destino bailar con la más fea,
Tal como la Soraya,
Que une a su ajada hermosura
Facial, donde las haya,
Su mano tensa y dura
Para arrojar España a la basura;
Más le valdría a uno
Y a la otra, en vez del mutuo apoyo
Que se dan de consuno,
Por seguir en el poyo
Del Gobierno, arrojarse al hoyo
Del olvido, pues si uno es falaz,
Y es la otra aún más lenguaraz,
Tenemos un Gobierno tan incapaz
De ser, al menos una vez, veraz,
Que mejor nos dejen … ¡vivir en paz!.